Por José Luis Ponsico (*) – El «Beto» Larroquet, de juego elegante, pausado y la pegada precisa se fue en las últimas horas pero estará siempre en el corazón de los suyos .
Las redes sociales permitieron cosas imposibles de imaginar hace unos años. Hará un par de años, de pronto en un intercambio con varios futbolistas notables del siempre rico fútbol marplatense, un ida y vuelta, al tiempo que varios participantes felicitaban al entrañable Francisco «Pancho» Rago, su condición de flamante abuelo, el cronista pudo intercambiar con el «Beto» Larroquet.
«El señor, ¿es aquél «10» de Aldosivi, espigado, piernas largas, pausa, pegada que se anticipó en el estilo al ídolo de Boca, Juan Román Riquelme, unos veinte años ?», se leía. Mensaje del cronista que lo había visto debutar en los albores de los`70 a Alberto Larroquet, de juego elegante, con apenas 20 años de edad.
«Gracias José Luis, Pero lo tuyo es una exageración. Igual, me agrada mucho tu recuerdo y espero que estés bien», decía el 10 de fantasías en Bánfield, fines de los 60, en la barriada del Puerto que vió crecer a otros notables como Luis Mendoza, Luis «Merengue» García, el «Negrito» Liberatore, talento puro, «Coco» Vuoso, entre los recordados. En «ésa escuela» se formó Larroquet.
Perteneciente a una generación de futbolistas que siendo juveniles integraron destacados planteles. En el tiempo que el Puerto «daba» a Larroquet y a Francisco «Quique» Mústico, otro celebrado en el extremo opuesto de la Ciudad, cerca del mítico Estadio Gral. San Martín, crecía el «crack» que llegó lejos: Jorge Mario Olguín, llegado de Dolores con su familia en los 50.
Desde el Puerto también, Mataderos, sumaron los que llegaron a integrar al seleccionado juvenil marplatense de fines de los`60 A los citados, Larroquet y Olguín, sumaron además Alejandro Lofredo, Víctor «Toto» Roldán, el «Mono» José Palacios, «semillero» de Alvarado. En el 70 pasó a Boca y más adelante resultó figura en Chile (Unión Española) Un fútbol sin fronteras.
Apenas llevado por un sello indeleble: el del «potrero». Donde en pisos de tierra, ya brillaban los dueños del arte en el manejo de la pelota. El juego vistoso. Dominio de la pelota, el pase, la gambeta, la finta. La pegada. Todo eso lo expresaron Larroquet en el medio -hoy, mediocampista ofensivo- y Olguín, éste como defensor.
El cronista ya no estaba en «La Feliz», cuando el «10» de Aldosivi se afirmó en el 76. Al punto que San Lorenzo lo pidió como refuerzo para el Torneo Nacional. Algo parecido sucedía con otro contemporáneo, Carlitos Miori, zurdo, goleador. Nacido en Deportivo Norte. Una camada de notables que integraron equipos que compitieron con los «grandes» de la AFA.
De personalidad cercana al tipo introvertido. Sencillo, humilde, todos los testimonios recogidos desde la multiplicidad de las redes sociales. Lo que alimentan otros recordados ahora sumados en una cruzada solidaria. Esto incluye a los ex Independiente, Juan Manuel Benrós, el «Catalán» Vicente Boix, Carlos Rico. Con ellos, Oscar Cano, ex Quilmes y Carlos Alberto «Cachito» Martínez. En nueva etapa.
El último, iniciado en San Isidro -debutó, 16 años, fines de los 60- integrante de San Lorenzo de Mar del Plata, Nacional del 74, luego con más de cien partidos en Huracán, Parque Patricios, uno de los referentes hoy de la que alguna vez iniciaron el «Colorado» Norberto Eresuma, los hermanos Roberto y Luis Gonzalo, sin olvidar a «Merengue» García, referente en varias épocas..
Larroquet, entonces, uno de ellos. De los que hicieron rico el fútbol marplatense cuya generación tuvo al mayor goleador local en la AFA: Guillermo Trama, más de cien goles, en sus ciclos -desde su amado Círculo Deportivo- cuando estuvo en Racing, Rosario Central Estudiantes de la Plata -ganando títulos con ambos- y San Martín de Mendoza.
El «Beto» Larroquet, de juego elegante, pausado y la pegada precisa, estará siempre en el corazón de los suyos (en la foto principal con su familia) y de los amantes del buen fútbol.
(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión y Mundo Amateur