2+2: La movida del basural es una escalada contra el gobierno local

RedacciónSi ladra y mueve la cola, es un perro. Si la jugada viene del lado de Cristina, con el acompañamiento de Juan Grabois y señales del gobernador, es política de la mala.

Llama la atención lo que está pasando por estas horas en torno al predio de disposición final de residuos. Pero solamente porque en ninguna cabeza inteligente cabe que en un momento de crisis sanitaria generalizada pasen estas cosas que bien podrían ser previstas y arregladas por el estado.

Y como en el viejo adagio del perro..si mueve la cola y ladra, no quedan dudas.

El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que lidera Juan Grabois es quien ha organizado esta nueva toma del predio. Se define a sí mismo como «una organización social que lucha por la dignidad de los descartados por el sistema capitalista buscando la inclusión. Defiende el derecho al trabajo por sobre todas las cosas y enfrenta los abusos de los poderosos (gobierno, policía y empresas) practicando la solidaridad». Ello solo serviría para comprender que su verdadero enemigo es el sistema, con todas sus instituciones y representatividad.

¿Lo duda?…en su propia página oficial de facebook sostiene que «el MTE aspira a que se produzca una verdadera revolución social que cambie este sistema capitalista por otro que garantice una vida digna para todos». A buen entendedor…

«Antes reinaba la idea del roban pero hacen, ahora no roban y no hacen», dijo el líder Juan Grabois hace pocas horas, descalificando al gobierno de Alberto Fernández.

Muy distinta es su mirada sobre la ex presidente de la que no duda en afirmar que «necesitamos alguien con los ovarios para enfrentar a las corporaciones, y esa persona hoy es Cristina (Kirchner)». No hace tanto el dirigente social fue uno de los pocos autorizados por la vicepresidente a acompañarla en sus incursiones por Comodoro PY, en una demostración de cercanía y confianza que sorprendió a más de uno.

Con el gobernador Kicillof, al que se refiere públicamente como Axel, lo une una relación estratégica que los encontró más de una vez accionando juntos para presionar sobre los legisladores bonaerenses. La cuestión de la reforma impositiva fue tal vez el más conocido de los casos.

Por lo demás es habitual que Grabois oficie como «vocero ad hoc» del gobernador insistiendo en que es sacado de contexto cada vez que alguna de sus kilométricas y erráticas declaraciones son criticadas por la prensa o la oposición.

Grabois, Cristina, Kicillof…ladran y mueven la cola.

¿Y por qué quieren morder a Montenegro?. En primer lugar porque la idea de acelerar el desgaste del intendente de Juntos por el Cambio no es nueva ni se detuvo ante la aparición de la pandemia. El 2021 está a la vuelta de la esquina y la necesidad de ganar Mar del Plata es para ellos un objetivo prioritario.

Para el gobernador por que no hay armado personal si una nueva derrota deja en evidencia su dificultad pera penetrar sectores medios de la sociedad. Para Grabois se trata de los espacios de poder que se asegurará en las listas tanto para el Concejo Local como para la legislatura provincia. Ese acuerdo, aunque quieran negarlo, ya está cerrado y cuenta con la bendición de Cristina y de Fernanda Raverta, reconocida por todos como la referente local a la que hay que contener.

Pero también se trata de complicar la gobernabilidad para salir al paso de una incipiente alianza entre el intendente y Alberto Fernández.

Las conversaciones directas de Montenegro con la Quinta de Olivos, de las que surgieron las medida de flexibilización del aislamiento que permitieron la apertura de casi cuarenta actividades industriales y comerciales en Mar del Plata y Batán, encendió una luz de alerta en La Plata y disparó la sensación de que el jefe comunal, con la invalorable colaboración de Horacio Rodríguez Larreta, ha encontrado un interlocutor directo que puede ayudarlo a sortear las zancadillas que viene recibiendo y se multiplicarán en el futuro.

Y tener controlado al presidente y limitarlo en su posibilidad de tomar vuelo propio es también una preocupación común a Grabois, a Cristina y a Kicillof. Y ya les está costando mucho disimularlo…

Tenemos al perro y también sus motivos para ladrar. Ojalá que no pueda mover la cola….