Por: José Luis Ponsico (*) – En 60 años hubo grandes fugas. Entre las recordadas dos tuvieron connotaciones políticas obvias. Es bueno recordar para saber que no hay nada nuevo bajo el sol.
Dirigentes peronistas evadidos del Penal de Río Gallegos, marzo del´57; jefes guerrilleros, previa «Masacre de Trelew» agosto del´72 y Jorge Villarino, conocido «rey de fugas» en los´60. Una reseña.
Jorge Antonio, empresario amigo de Juan Perón desde 1943, patentizó la frase hace más de cinco décadas: «Toda fuga se compra». Quizá, Antonio fallecido en´07 a los 89 años, haya sido «un adelantando» en tiempos que corren.
Luego de la estada en Cárcel de Ushuaia, conocida como «la del fin del mundo», presos políticos a la caída del gobierno de Perón en el´55, se fugaron en marzo del´57 rumbo a Chile
Los diarios de la época dan cuenta que el Director del Penal, Carlos Ansaldo, primero a cargo de la Cárcel de Ushuaia, era muy temido.
[Tweet «Grandes fugas: una historia que hace empalidecer la evasión de General Alvear»]
Se enfermó la esposa de cáncer. Debió llevarla a la Capital Federal y permanecer con ella. Entre José Espejo, ex líder de la CGT y Jorge Antonio, planificaron la fuga, cuenta la leyenda.
«El «Turco» musulmán vivo, astuto, amigo de Perón, tiempos <del Coronel< dedicado a los negocios, preso político «por peronista», sin decirle nada a John William Cooke, cerebro político, entre diez «presos famosos», pabellón con algo más de 50 procesados y condenados, armó todo», afirmó Espejo después
Héctor Cámpora, presidente de la Cámara de Diputados hasta caída del gobierno de Perón, un célebre evadido, luego resultó acusado por Guillermo Patricio Kelly, líder de la Alianza Libertadora Nacional, en interna «sin fin» con el primero, se fugó disfrazado de mujer.
Todas las citas periodística recuerdan que siempre Kelly se obstinó a atacar a Héctor Cámpora, aún cuando éste ya era el elegido por Perón para encabezar la fórmula Presidencial de marzo del´73.
«Estaba asustado, su mujer se había radicado en Ushuaia y estando en Penal de Río Gallegos no quería fugarse», testimonio del excéntrico Kelly en el´72, ciclo televisivo, siendo opositor por entonces al peronismo. En pleno «Operativo Retorno».
«A dinero de hoy -comentó Jorge Antonio en los´60- algo equivalente a 50 mil pesos. Un sueldo de un empleado de la cárcel rondaba los 1.500 pesos», evocó. «Dinero entregado al jefe de los guardiacárceles. Salieron de Río Gallegos rumbo a la frontera con Chile.
En agosto del´72 la cúpula de Ejército Revolucionario del Pueblo, confinada en Cárcel de Trélew, Chubut, de máxima seguridad, organizó otra fuga histórica. Roberto Santucho, fundador del ERP la comandó.
Fernando Vaca Narvaja, único sobreviviente, relató que Marcos Osatlinksy antes que llegara Santucho al Penal de Rawson ya había planificado. Sobrevivieron los jefes guerrilleros de organizaciones peronistas y de izquierda.
Pudieron llegar a Chile donde Salvador Allende les brindó «salvoconducto» para llegar a Cuba. Allí, estuvieron radicados durante un tiempo Santucho, Roberto Quieto, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Mena.
Otros 16 dirigentes, activistas, no pudieron acceder al vuelo interceptado para salir de la Base Aeronaval «Almirante Zar» y resultaron asesinados horas después en el Penal de Rawson.
La llamada «Masacre de Trelew» imputada a la Armada en la persona del capitán de corberta Luis Emilio Sosa. Condenado por «crímenes de lesa humanidad» en la apertura de los Juicios de la Memoria, a «prisión perpetua» el 15 de octubre de 2012. Con otros oficiales de la Armada.
Entre los «Casos policiales», Jorge Villarino, «Rey de fugas», los´60. Evadido de la Cárcel de Caseros y más tarde de Villa Devoto. Delincuente célebre produjo decenas de robos «a mano armada» pero nunca tuvo imputaciones de crímenes.
Nacido en 1931, delincuente cuando con 15 años enfrentó al padre y se fue de la casa paterna, San Telmo. «Yo robaba. Nunca maté a nadie», confesó en memorable entrevista concedida a «Siete Días», 1974, de vuelta cumpliendo condena en Devoto.
Ladrón desde el´57. En los´60 delincuente más famoso. «Aquí, en fuga del´61 arreglé con <ratis<. Me dejaron una <ratonera<. Antes había fugado de la Cárcel de Caseros, pero la de Villa Devoto era más complicada», se ufanó en el reportaje.
«A los dos días estaba en Montevideo», comentó.»Lo gracioso, leía los diarios … decían que había recibido apoyo de banda de delincuentes, ocho por lo menos. Que me habían ayudado a escapar», agregó. «Salí solo, caminando», ironizó.
«Por entonces, yo ya tenía una empresa de seis camiones y un dinero importante juntado. Toda fuga es comprada», dijo hace cuatro décadas. «En un asalto fallido, tiempo después, perdí todo» confesó. Otros tiempos
(*) Columnista de la Agencia Télam