A Grabois le cuesta hacer amigos por América Latina

El líder piquetero, acostumbrado a chapear con el poder, fue expulsado de Colombia apenas pisó el país. Cuando preguntó porqué, le recordaron que un país soberano puede resolver quien entra y quien no.

La misión de observadores que partió desde Argentina llegó hoy a Colombia para relevar la situación de derechos humanos en medio de la represión de las protestas que sacuden al país, pero las autoridades retuvieron al dirigente social Juan Grabois y le informaron que iban «a proceder a la inadmisión», según un video difundido por miembros del grupo argentino.

«Detenido y agredido nuevamente por un gobierno autoritario. Ahora en un cuartito. Esperando. Mis compañeros argentinos y colombianos intentando resolver afuera ¡No tenemos miedo! La Patria Grande está de pie», escribió en Twitter Grabois, miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, antes de que las autoridades migratorias colombianas lo obligaran a subir a un avión para su regreso a Buenos Aires.

En su Twitter, la misión también informó que Ismael Jalil, abogado de Correpi, fue «demorado» por asumir la defensa de Grabois.

La idea de la delegación argentina es permanecer en Colombia hasta el 2 de junio, y visitar, además de Bogotá, otras ciudades de magnitud importante en materia de movilizaciones, pero también de las que acumulan más denuncias por abusos de las fuerzas de seguridad.

La misión se decidió «ante las reiteradas denuncias de violaciones a los derechos humanos que se adjudica a las fuerzas regulares del Estado y a bandas paramilitares que actuarían conjuntamente –según se denuncia – frente al pacífico ejercicio del legítimo derecho a la protesta que intenta ejercer el pueblo colombiano», explicaron los organizadores del viaje antes de partir.

«La delegación argentina de derechos humanos y solidaridad con el pueblo colombiano estamos acá varados a la espera de saber por qué motivo han demorado al compañero Juan Grabois. Están negando el ingreso al país del compañero sin ninguna información o presentación formal, y el conjunto de la delegación argentina está aguardando aquí, exigiendo por supuesto garantías por su integridad y garantías por el resto de la delegación que tiene que venir a cumplir una función humanitaria al país», informó a Télam Marianela Navarro, coordinadora de la misión.

Integran la misión representantes de varias organizaciones, entre ellas el Servicio de Paz de Justicia (Serpaj), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), la Asociación Americana de Juristas (AAJ), el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

-Lamento Boliviano –

No es la primera vez que el dirigente social no es bien recibido en un país de la región. El líder de la CTEP  junto a una delegación argentina, vivieron un tenso momento en el Aeropuerto Viru Viru de Santa Cruz, en Bolivia, en noviembre de 2019, cuando fueron interrogados por la policía y un grupo los agredió verbalmente. «No podés hacer política acá. Andate a tu país, maldito», les gritaron.

Solo varias horas después, y por la intervención del consulado argentino en aquella ciudad del sur boliviano, el grupo pudo seguir su viaje a La Paz no sin antes firmar una declaración jurada por la que se comprometían a no hacer política ni participar en manifestaciones públicas durante su estada en el país.