Abandono y desidia oficial en la Comisaría de la Mujer de la ciudad

Las vergonzosas condiciones en las que se tiene que desenvolver el personal policial que trabaja en la Comisaría de la Mujer no encuentran soluciones en la indiferencia de provincia y municipio.

Son parte de un márketing inagotable. Se las considera las representantes de un visión universal de la nueva policía y protagonistas y custodias de los nuevos derechos tutelados.

Sin embargo el personal que cumple sus tareas en la Comisaría de la Mujer de nuestra ciudad debe enfrentar día a día el calvario de la falta de medios.

Ya no solo es la falta de computadoras e impresoras. De nada les valdría conseguirlas si ni siquiera pueden contar con el papel suficiente para dejar asentadas las denuncias. Y el poco que tienen deben comprarlo poniendo plata de su bolsillo o traerlo desde su casa.

Aunque peor es la situación de la única policía femenina que se encuentra a cargo de la delegación de La Serena, que tiene como consigna llamar a la Comisaría 5ta. si se produce algún acto que requiera presencia de personal. En buen romance…está como «indio bombero».

Mientras tanto se multiplican en el gobierno provincial y en su versión municipal las publicidades y consignas de #Niunamenos, mientras se tiran al aire cifras inventadas de ayuda inexistente.

El municipio le devolvió a la Comisaría un móvil «arreglado» como parte del convenio que tiene con la provincia: «ni siquiera anda», dicen quienes deberían ser las beneficiarias. Que además deben soportar la queja de los ciudadanos y el reto de sus superiores porque no cumplen con la expectativas de la gente.

Una más de tantas historias de abandono y abuso que día a día debe sufrir una fuerza policial a la que la paciencia le sigue corriendo el límite.

Pero…¿hasta cuándo?.