Acción Marplatense entre sublevados, encuestas y «operetas»

RedacciónMientras las encuestas siguen indicando al ex intendente con una envidiable intención de voto, una sugestiva alianza entre Bonifatti y sectores del FPV genera dudas.

«Era como un cumpleaños familiar de bajo presupuesto» definía un empresario presente en el lanzamiento de Santiago Bonifatti y su línea interna Nueva Acción que, como se encargó de definir su líder, nace del supuesto  que «si Acción Marplatense no se renueva, no va a poder ser una alternativa de gobierno para Mar del Plata y Batán”.

Las encuestas parecerían demostrar todo lo contrario. En las tres que se conocen hasta ahora, el ex intendente lidera cómodamente la intención de voto y lo más sorprendente es que mantiene una intención de voto muy cercana a lo que fue su caudal histórico. Y si esta vez le alcanzaría para ganar el comicio que viene, es ciertamente porque el inmenso caudal que acompañó a Carlos Arroyo ha estallado en mil pedazos, aunque por el momento no quede claro que opción elegiría en octubre.

Si todos esos marplatenses eligen seguir apostando a Cambiemos, sobre todo por empatía con María Eugenia Vidal y porque el índice de rechazo al kirchnerismo sigue siendo altísimo, Pulti deberá encabezar la lista para no dispersar esa intención de voto, algo que tampoco podrá evitar si muchos de los votantes arroyistas de 2015 llegan a concluir que el camino pasa por retornar a Acción Marplatense si el partido local recupera su identidad propia.

Por eso los observadores miran con una dosis de sorna el apresurado lanzamiento de Bonifatti, casi con nula intención de voto detectada, y el «apoyo» que recibió desde sectores integrantes de alguna de las carpas peronistas. Tal el caso de la revista La Tecla, propiedad de Mario Baudry, enfrascado en armar una opción peronista en la provincia, y que exageró la importancia de un acto que no colmó las expectativas de nadie.

Claramente «la bambolla» pretende debilitar a Pulti antes que levantar una candidatura que parece arrancar sin chance alguna ni en el partido ni en la ciudad.

En su entusiasmo refundacional, el aún insolitamente presidente de Acción Marplatense parece no darse cuenta de cuan útil está siendo a Cambiemos, al peronismo y sobre todo al radicalismo local que sin disimulo ha iniciado la escalada final para quedarse con las banderas macristas en la ciudad. ¿Para qué preocuparse demasiado en lijar el liderazgo de la fuerza desde afuera si Bonifatti, casi como si nada hubiese tenido que ver con lo ocurrido en los últimos años, se encarga de hacerlo desde adentro?, se preguntan en los centros partidarios de todo tipo mientras se divierten con la actitud de quien un chusco veterano de los armados electorales ha bautizado como virus: «se te mete un día, te controla el organismo y si no lo eliminás te jode el resto de tu vida».

Tal vez cuando comiencen a alumbrar las decisiones y la gente sepa hacia adonde marcha el partido que gobernó Mar del Plata durante ocho años y quien será el que encabece las listas de cara a octubre, pueda entenderse mejor este tipo de «levantamientos» y cuales son las intenciones reales que los empujan.

Por ahora parecen estar más contentos los de afuera que los de adentro.