Alberto y la sobreactuación de los derechos humanos

Por Adrián FreijoLa idea del presidente argentino de copiar la ley contra el negacionismo en Francia, supone un grave error que nos alejará aún más de la verdad y el estado de derecho.

Los franceses penan a los que rechazan la existencia del Holocausto y Alberto Fernández quiere algo similar para los crímenes de la última dictadura militar.  Hace pocas horas sostuvo que tomaría de base esa ley francesa, que se impulsó para frenar la ola de negacionismo en Europa.

Pero su idea va más allá; Alberto busca incluir artículos específicos para condenar manifestaciones contra la cantidad de desaparecidos por causa del terrorismo de estado en el país. 

En Argentina viene sosteniéndose un largo debate acerca del número de víctimas de la dictadura. Mientras la CONADEP, organismo constituído en tiempos de Raúl Alfonsín para conocer el listado de los desaparecidos por los crímenes cometidos durante los años del Proceso, concluyó que se trataba de 7.954 casos , los organismos defensores de los derechos humanos y el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner instalaron como verdad revelada que el número ascendía 30.000 personas.

Ello generó que en la actualidad el estado pague 22.046 subsidios a familiares de desaparecidos, detenidos sin causa ni proceso y víctimas de toruras y vejaciones por parte del aparato militar.

¿Cuál es entonces la verdad?…¿los casi 8.000 de la CONADEP?, ¿los 30.000 desaparecidos de los organismos y el kirchnerismo?…¿y entones porqué entre muertos, desaparecidos, detenidos y torturados el estado reconoce algo más de 22.000 derechos reivindicativos?.

Son demasiadas diferencias cuando de la dignidad de las personas y la vida misma se trata. Y lo son cuando los ciudadanos de este país estamos buscando LA VERDAD sin otro interés que no sea la administración de justicia, el castigo a los culpables y sobre todo la construcción de una historia real, verídica y descarnada. Que es, no lo olvidemos, nuestra propia historia…

Aceptando entonces que un solo ciudadano detenido ilegalmente, y torturado clandestinamente ya sería un drama suficiente como para que todos exigiésemos la más fuerte sanción a quien fuese responsable, no es un dato menor la necesidad de dejar de tirar datos a la bartola en un macabro juego donde la mentira, la falsedad y el interés se mezclan en una danza siniestra e indigna de una sociedad que busca la verdad.

¿Pretende Fernández una ley que castigue al que quiera conocer esa verdad y decirla en voz alta?.

Sería menester entonces que el estado informe el nombre de las 22.000 personas desaparecidas que faltan en el informe de la CONADEP y todos sabremos entonces que son  30.000 los desaparecidos.

¿Es fascismo pedirlo?, ¿es negacionista el rechazo a repetir como loros una historia que nadie puede fundamentar?…

¿No es más grave frivolizar el drama vivido inventando lo que no ocurrió y sancionando a quien no acepta relatos y exige la verdad de los hechos?.

Alberto Fernández ha demostrado una preocupante tendencia a emitir sonidos que pretenden ser palabras y conceptos. Por ello ha tenido que desdecirse una y mil veces por cosas que sostiene sin pensar y en base a convicciones que está dispuesto a cambiar a la vuelta de la esquina. Allá él con la vara ética que se autoimpone cuando de juzgar a los demás se trata.

Pero todo tiene un límite y pretender una política punitiva con quienes certificaron otra cosa en el informe «NUNCA MÁS», tras un trabajo minucioso y científico en el que además pusieron en riesgo SU propia vida, es prueba de una frivolidad rayana en la tilinguería o un ideologismo que no representa lo que la mayoría de los argentinos sienten.

Graciela Fernández Meijide averiguó de dónde salió y a quién se le ocurrió la idea de poner sobre la mesa el número de 30.000 desaparecidos. “Los exiliados en España habían formado la Comisión Argentina de Derechos Humanos. Entonces, no existía la figura de desaparición forzada. Eduardo Luis Duhalde me contó allí que pusieron ese número para poder apelar a la figura de genocidio y denunciar lo que estaba pasando”.

¿Irá presa con la nueva ley de Alberto?, ¿es negacionista esta mujer que buscó a su hijo desaparecido enfrentando a todo el poder militar y luego bregó por la verdad junto a un selecto grupo de intelectuales, políticos, religiosos y familiares que se reunieron en la CONADEP?.

Luis Labraña es un ex combatiente montonero y fue uno de los que recibieron en España a las primeras madres que viajaron allí en busca del apoyo necesario para dar con el paradero de sus hijos.

«Cuando las madres llegan a Europa, llegan con una lista de 3.700 o 4.700 desaparecidos y piden ayuda. A los holandeses, que tuvieron 6 millones de muertos judíos en los campos de concentración, les parecía que era poco y con eso se complicaba el apoyo económico», relató.

«Por lo tanto se empezó a discutir, en los bares, en la colonia de compatriotas exiliados, en la comisión de solidaridad por la Argentina, si 7mil, 8mil, 12mil y yo simplemente dije: ¿por qué no ponemos 30mil?«.

Su relato coincide con el de Fernández Meijide y ambos se sostienen en el trabajo de la CONADEP, en el que intervinieron muchos de aquellos familiares que fueron a la península a buscar ayuda, y que no rechazaron las conclusiones de la comisión con respecto a los datos mensurables.

Cuidado entonces Sr. Presidente. Sus luchas intestinas por el poder y la necesidad de arrancar la bandera de los derechos humanos de las manos de su principal adversaria interna, pueden llevarlo a la sobreactuación y a consagrar como delito lo que aún hoy es la búsqueda de la verdad.

Poco serio para el país, injusto para la sociedad e impropio de quien ejerce su primera magistratura.

En buen romance…una frivolidad tan berreta como inconducente.