Por Adrián Freijo – El concejal resolvió retirar su candidatura a intendente y concentrarse en su trabajo como edil. Desde hace días Ciano anunció a los suyos que no entraría en la locura política.
Ofertas no le faltaron. El salto con garrocha de Sergio Massa al kirchnerismo dejó en la intemperie a muchos de sus principales dirigentes nacionales y distritales; y en este mercado de pases tan dinámico como incoherente, fueron muchos los que buscaron y otros tantos los que se ofrecieron.
Pese a ser uno de los primeros que salió a la cancha en busca de la intendencia, Ariel Ciano venía insistiendo en que no todo era lo mismo y que lo único que el aceptaría sería competir en una PASO en el espacio al que se había arrimado el propio Massa. El Cholo tenía su armado, su proyecto y su plan de gobierno para la ciudad; que fuera la gente la que resolviese.
El dedo de Cristina y la lucidez de Fernanda Raverta para saber que en cualquier escenario de confrontación ella sería la derrotada hicieron lo suyo. Para tratar de contenerlo le ofrecieron integrarse a la lista de diputados o futuros cargos en un supuesto gobierno.
Pero Ciano repitió que no todo era lo mismo, levantó campamento y resolvió continuar en su banca «preparando el camino para alguna vez poder gobernar la ciudad».
Un caso muy raro en el mundo de los saltimbanquis.