Redacción – No hace mucho el jefe comunal se deshacía en elogios a quien luego elegiría como destinatario de sus peores embates. Y hasta proponía hacerle un monumento. Vea de quien se trata.
El 17 de octubre de 2011, cuando era candidato a intendente por el duhaldismo, Carlos Fernando Arroyo, se deshizo en halagos a Florencio Aldrey, a quien definió como “un tipo bárbaro” al que tenía “realmente aprecio”. Y a su entender “siempre ayudó al progreso de la ciudad” de Mar del Plata.
Las declaraciones fueron publicadas en la revista que realizaban por entonces los estudiantes de periodismo de DeporTEA, en donde se le preguntó cómo era su relación con el empresario.
“Es buena, he tenido poco contacto, pero las veces que lo traté me pareció un tipo bárbaro. Nunca ví nada ilegal de su parte, al contrario, desde mi punto de vista siempre ayudó al progreso de la ciudad”, expresó en esa ocasión quien un vez llegado al gobierno comunal definiese a quien tanto elogiaba como «alguien acostumbrado a vivir del estado abusando del miedo que todos le tienen».
Muy diferente a sus afirmaciones de aquel tiempo, en las que llegó a reconocer que “realmente lo aprecio, siempre que tuve contacto con él fue positivo. Además, uno ve cómo dejó el hotel Provincial y es para hacerle un monumento” subrayó, muy lejos por entonces de la intención de caducar todas las concesiones que en torno a ese emprendimiento tenía Aldrey .
Y coronó su panegírico afirmando que “Aldrey es una persona que da más de tres mil puestos de trabajo en la ciudad y eso no puede ser negativo nunca; ojalá hubiera más Aldrey Iglesias en la ciudad y así no habría tanta desocupación”.
Es el mismo personaje que hace pocas horas denostaba a sus pares por «saltar de un lugar a otro» y que sostenía que «más vale estar solo que mal acompañado». Y que empapeló la ciudad con su cara y la leyenda «prefiero molestar con mi honestidad que agradar con la hipocresía». Aunque parece que no siempre fue así…
¿Cuándo Arroyo hablaba desde la reflexión y el análisis?…¿entonces?…¿después?...¿nunca?.
¿O también alabar a quién luego perseguiría era parte de su plan secreto?.
Solo él lo sabe. A los ciudadanos nos queda la imagen de un hombre veleidoso, inconsistente y capaz de buscar en cada ocasión la posición que más le convenga.
Aunque pocas veces le salga bien….