¿Tiene sentido que la especulación partidaria desprecie el interés general?. Mientras Mar del Plata estalla de bronca por la decisión de permitir las salidas recreativas en las peores condiciones climáticas el silencio es en este caso un estruendo de desprecio a la gente.
El argentino medio siente que la política se ha vuelto una actividad despreciable en el país. Mentiras, especulaciones, egoísmo, frivolidad y desprecio por el ciudadano son los mensajes permanentes de quienes pretenden estar ejerciendo la más maravillosa de las creaciones del hombre y a la que ellos han convertido en un resumidero maloliente y despreciado por el conjunto.
Y por duro que suene…tratar de discutirlo es pretender tapar el sol con las manos.
Los ciudadanos del partido de General Pueyrredón mascullan por estas horas la bronca de sentir que desde el poder político provincial le toman el pelo. Pretender que la gente pueda salir a caminar algunas cuadras o correr algunos kilómetros en el mes de junio, con temperaturas que bordean el punto de congelamiento, entre las 18 y las 8 es desconocer aquello sobre lo que se legisla o simplemente burlarse de los semejantes.
Ni que hablar de los más pequeños, que seguramente son los más necesitados de un poco de aire puro, de espacio, de sensación de libertad y de comprender que esta emergencia no nos convierte en confinados por toda la eternidad. En ellos hay cuestiones físicas -como en todos nosotros- pero además formativas: el ámbito de la libertad -vaya si responsable en las actuales circunstancias- es de aprendizaje, confianza y desarrollo psicológico que proyectará sobre su futuro seguridades o inseguridades según se estreche o se disfrute.
Clama la sociedad, plantea y gestiona comprensión el intendente, explican los especialistas…y callan vergonzantemente los representantes del Frente de Todos, tal vez temerosos de perder puntos en la miserable carrera de hacer méritos ante el poder, como si su anuencia fuese más importante que el respeto de aquellos ciudadanos que los votaron y colocaron en sus lugares de privilegio.
Y no es válido pretender que «se están haciendo gestiones en silencio», como alguno de los integrantes del espacio le afirmó a LIBRE EXPRESIÓN. Los marplatenses necesitamos ver a nuestros dirigentes actuando con firmeza y valentía en defensa de nuestros intereses. Las mismas que suelen usar cuando se trata de atacar, a veces sin sentido ni razón alguna, todo lo que hacen quienes defienden otros colores políticos.
Triste imagen de quienes suelen llenarse la boca definiéndose como representantes del pueblo. ¿Es qué no escuchan ahora lo que sus mandantes le piden?, ¿es qué la irracional meritocracia partidaria, que exige genuflexiones y miseria para ascender en la escala del poder, les impide o limita su capacidad de cumplir con aquello para lo que fueron convocados?.
Suele decirse que existen silencios que son atronadores. Ocurre que hay otros que solo alcanzan la categoría de miserables…