Redacción- Alberto, a quien Máximo dejó ayer sin presupuesto, recibió la orden de estar presente aunque había anunciado que no iría. Y Cristina dejó en claro que con el peronismo, nada que ver.
El jefe del bloque del Frente de Todos (FdT) en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner, asumió este sábado la presidencia del Partido Justicialista (PJ) bonaerense, a horas de haber sido apuntado por dirigentes de la oposición como el culpable de que fracasaran las negociaciones para aprobar el Presupuesto 2022.
«Quiero agradecerle a cada uno de los compañeros esta responsabilidad de llevar adelante al justicialismo de la provincia de Buenos Aires», enfatizó Kirchner durante el acto que se desarrolló en la Quinta de San Vicente, junto al presidente Alberto Fernández, quien hace apenas 48 hs. había anunciado que no estaría presente en la ocasión pero recibió ayer por la tarde la orden de estar en el acto para frenar el enojo creciente de la dirigencia peronista con los errores y torpezas del hijo de Cristina.
La vicepresidente, mientras tanto, brilló por su ausencia en una ocasión en la que ni siquiera quiso aportar su carácter de extrapartidaria: la tirria de Cristina hacia el peronismo, su rechazo a la figura de su fundador y su convicción acerca de la necesidad de borrar de la faz de la tierra de cualquier resabio de su ideología fundacional, quedó otra vez en evidencia con la decisión de no acompañar ni a su propio hijo a la asunción como titular del PJ bonaerense.
En ese marco, el flamante titular del PJ bonaerense deseó «poder construir un tiempo diferente» para la Argentina, y continuó: «Han sido tiempos muy duros para nuestra Argentina. No sólo los cuatro años que estuvo en la Presidencia de Mauricio Macri y el fracaso de sus ideas económicas».
Tras asumir en un puesto que provocó duros tiras y aflojes con algunos intendentes que buscaban tomar el control del partido a nivel provincial, Máximo apuntó: «Nunca acudí a ningún Palacio Judicial a denunciar a ningún compañero que está en el Frente de Todos, siempre tuve una postura democrática».
«Mis diferencias y las diferencias en Argentina debemos aprender a saldarlas políticamente y no en el Poder Judicial, porque eso es el peronismo», manifestó.
En el marco de la presentación de autoridades, Máximo afirmó que «el peronismo de la provincia de Buenos Aires es central para el Frente de Todos y que no hay que cerrarlo», sino que «hay que abrirlo».
Tal vez por un momento olvidó que fue La Cámpora, organización de empleados públicos que él comanda, quien prohibió en todo el distrito la presencia de listas opositoras que discutiesen en las urnas la conformación de la nueva conducción. Es decir que corrió solo y se adjudicó un triunfo que fue construido contra nadie.
Algo que por cierto lleva el sello Kirchner incorporado a sus costumbres.