Es sin duda su electrodoméstico preferido: ¡¡¡ si habrán licuado ingenuos en más de 100 años de vida !!!. Ayer los radicales aprobaron el aumento en una comisión y hoy lo frizaron en otra.
¿La idea?; poner en evidencia ante todos la incoherencia de la gestión de Carlos Arroyo. ¿El objetivo?…le damos tres opciones:
a) homenajear a Don Hipólito,
b) sostener la Reforma Universitaria de 1918,
c) apurar los tiempos para quedarse con el poder en la ciudad.
Si acierta…pídale a los «boinas blancas» que le den el premio, ¿Cuál?, una licuadora, por supuesto.
Katz juega al consejero, Porrúa ofrece mediar con el hotelero díscolo y galaico, Baragiola se abre y deja espacios, Rodriguez se para a mitad de la calle amenazando con cruzar. Y así todos; en el fondo más unidos que nunca, aunque después de lograr sus objetivos tengan tiempo para jugar a lo que más les gusta y mejor saben: pelearse.
Si hasta comienzan a resultar sospechosos los papelones que el pobre lord mayor hace constantemente en materia de información pública. ¿Será casual que los disparates salgan de un área manejada por…radicales?.
Ahora será Arroyo el que deba cargar sobre sus espaldas un aumento que saldrá por las buenas...o por las de siempre. Y quedará, por supuesto, en off side frente a la gente, mientras los radicales esgrimen el «nosotros no queríamos».
En el comité de la calle San Martín ya están preparando los dos nuevos carteles que engalanarán la sede: el primero dice «nosotros nos doblamos, que se partan ellos».
El otro afirma: «Somos los que tuvimos que hacernos cargo».
Mire usted…