Aylan murió para que el mundo por fin mirara a los ilegales

Después de la foto de Aylan Kurdi el presidente François Hollande, y la canciller Angela Merkel, anunciaron que decidieron presentar una «iniciativa común» para dar respuesta a la crisis migratoria.

Esa proposición, según indicó la Presidencia francesa en un comunicado, incluye medidas sobre la organización de la acogida de los refugiados, su reparto «justo» en Europa, la armonización de las normas para reforzar el sistema de asilo europeo y el retorno de los inmigrantes irregulares a sus respectivos países.

En la conversación telefónica en la que los dos dirigentes abordaron el actual incremento de los flujos migratorios, apostaron también por ofrecer a los países de origen y de tránsito «el apoyo y la cooperación necesarios».

«Miles de víctimas fallecieron desde principios de año. La Unión Europea debe actuar de manera decisiva y conforme a sus valores», subrayaron ambos mandatarios, según los cuales «esos hombres y esas mujeres» que intentan llegar a Europa «huyen de la guerra y de las persecuciones».

Hollande y Merkel destacaron que esos «refugiados» necesitan protección internacional y que Europa debe proteger a aquellos para quienes esta es «la última esperanza».

Los convenios de Ginebra elaborados al término de la Segunda Guerra Mundial obligan a todos los países, en su opinión, a facilitarles esa protección.

Aylan falleció junto a su hermano Galip de cinco años y su madre Rehan. El único que quedó vivo es su padre, Abdullah, quien habló y aseguró que ahora quiere volver a Siria para enterrar a su familia y ser enterrado al lado de ellos.

Abdullah llamó por teléfono a Mohammad, su hermano, y le dijo: «Mi mujer y mis dos hijos están muertos».

La intención de los padres y los niños era primero llegar a la isla de Kos, en Gracia, que está a 21km de Bodrum. Su destino final era Canadá, donde vive actualmente y hace 20 años Teema, hermana de Abdullah.