Redacción – La autorización, según lo apuntado en el Boletín Oficial, rige a partir de este jueves. ¿Habilitarán mañana la costa atlántica?. Una política errática que no es bien comunicada.
Todo parece transcurrir por la ruta de la improvisación. Lo que hoy no es posible,, mañana aparece autorizado como por arte de magia. La pandemia dejó en evidencia la falta de conocimiento de nuestras autoridades acerca de como evaluar en circunstancias como las actuales y la falta de políticas de contingencia para una emergencia.
Un largo aislamiento -el más prolongado del mundo- marchas y contramarchas, economías regionales y sectoriales destruidas y espasmos de liberalidad que, hasta ahora, han sido peor como remedio que la enfermedad misma.
El Gobierno nacional habilitó a partir de hoy las actividades turísticas en la ciudad rionegrina de Bariloche como una prueba piloto y ya no se consigue hospedaje para el fin de semana largo de este 12 de octubre.
Mediante la Decisión Administrativa 1819/2020, publicada este jueves en el Boletín oficial con las firmas del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Salud, Ginés González García, se decidió una «Prueba Piloto Turismo», que tendrá como protagonista a la ciudad de Bariloche.
«Exceptúase de las actividades prohibidas durante la vigencia del ASPO al Municipio de San Carlos de Bariloche de la Provincia de Río Negro al sólo efecto de realizar la reapertura de la actividad turística», indica el Boletín Oficial.
Luego de negociaciones entre funcionarios de la provincia de Río Negro con el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, y el titular de la cartera sanitaria de la Nación, Ginés González García, se decidió hacer una prueba piloto para el turismo en la ciudad de Bariloche.
Desde la Costa Atlántica, sobre todo en aquellos distritos en el que se registra menor índice de contagios, se preguntan acerca de la diferencia que hace que una zona o un tipo de turismo sea permitido y otro no. Y mientras se espera una comunicación que genere al menos previsibilidad crece la esperanza (o ilusión) de que aquí también se habilite algún tipo de experiencia piloto.
Con el riesgo nunca descartable que la desorientación y pésima comunicación del gobierno nacional obligue a concurrir a la playa con esquíes y pasamontaña.
Pero, en fin, algo es algo… ¿o no?.
