Bernardo Alberte, primera vìctima de la dictadura de Videla

Por José Luis Ponsico (*)Mientras el peronismo aparece devaluado en un falso debate sobre «la vieja y nueva política», jóvenes ocupan cargos y honores.

José Luis Ponsico

En momentos donde el peronismo «clásico» aparece devaluado por el flamante gobierno de Alberto Fernández, en un falso debate sobre «la vieja y nueva política», jóvenes sin conocer demasiado la historia del movimiento creado por Juan Perón, hace 75 años, ocupan cargos y honores. Sin rigor de una «cultura peronista». Algunas historias merecen ser contadas.

Aquí, el recuerdo sobre uno de los tantos que ofrendaron su vida en el «Perón Vuelve», años 60 y 70. El Mayor Bernardo Alberte, brutalmente asesinado por la dictadura genocida que encabezó el general Jorge Rafael Videla, el 24 de marzo del 76. En la madrugada arrojado al vacío desde un sexto piso. Un crimen «oculto» durante mucho tiempo. Alberte alguien que honró al peronismo.

No hace mucho falleció su hijo del mismo nombre, desde 1976 bregó por esclarecimiento del homicidio «horroroso» de su padre, edecán del General Perón en los 50. El Mayor Alberte primera víctima de la dictadura genocida del general Jorge Rafael Videla, 24 de marzo del 76, mientras clamaba por el crimen de su colaborador Máximo Altieri. Ocurrido días antes.

Bernardo Alberte

Una patota militar lo arrojó de un sexto piso al vacío en la madrugada del golpe de Estado. Vivía en zona de Palermo, Capital Federal. Habitaba un departamento Av. Del Libertador 1160 frente al Ital Park por ese entonces. Con su esposa e hija Lidia, la que produjo la primera investigación. El gobierno militar calificó el brutal crimen de «suicidio». Un horror.

1960, se gestaba la «Resistencia Peronista», un grupo de jóvenes liderados por Gustavo Rearte, más tarde en el monte tucumano, «Taco Ralo», fundaba el movimiento guerrillero «Fuerzas Armadas Peronistas». En las FAP. aparecía entre otros «milicianos» el Mayor Bernardo Alberte, antiguo edecán del General Juan Domingo Perón en años 50. El repaso quizá lo destaca.

Alberte, exonerado, condenado a prisión por llamada «Revolución Libertadora», cumplió condena en Ushuaia «cárcel del fin del mundo» hasta el 59. El gobierno de Arturo Frondizi, acuerdos del 57 entre Rogelio Frigerio, abuelo del ex ministro del Interior de Mauricio Macri, mismo nombre con John William Cooke, enviado de Perón a Caracas, que otorgaron la libertad.

El militar amigo de Perón miembro de la «Resistencia Peronista», acompañó a Rearte en «Taco Ralo». Antes al legendario John William Cooke que encabezó la fuga del penal situado en Tierra del Fuego Junto a Jorge Antonio, Héctor J. Cámpora, Guillermo Patricio Kelly y el ex titular de la CGT. en los 50, José Espejo. Escaparon a Chile en julio del 57.

Guillermo Patricio Kelly, José Espejo, Héctor J. Cámpora, Jorge Antonio y John William Cooke.

Nacido en Avellaneda en 1918 Alberte inició la carrera militar cuando el Coronel Perón con otros seis oficiales lideraba una corriente interna, nacionalista, en el Ejército. En el 45 ya se consideraba hombre del Coronel. En el 54, Perón lo distinguió para que fuera su Edecán. En el 55 con la caída Alberte cayó en desgracia.

Vivió un tiempo en Brasil y en los 60 vivía de una tintorería que atendía con su hijo del mismo nombre
Nunca dejó de intercambiar correo con Perón en trajinado exilio del ex Presidente, Caracas, Panamá,
República Dominicana, Madrid.

Alberte alcanzó grado de «Delegado de Perón» antes de Jorge Paladino. En el 68 se acercó a la CGT de los Argentinos con Raimundo Ongaro. Sindicalismo «combativo». El gobierno del general Juan Carlos Onganía había devuelto «el rango» a varios militares peronistas. Alberte no quiso el suyo. Se opuso al régimen. No así la dirigencia «vandorista»

Ocupó cargos, tiempos del «Operativo Retorno», 1970, 71 y 72. Con la vuelta del peronismo en el 73 pudo ser reivindicado, oficial del Ejército. En el 74 cayó nuevamente en desgracia: a la muerte del
General Perón, huestes de José López Rega lo sumaron a la «lista negra» con Julio Troxler, miembro sobreviviente de los fusilamientos en José León Suárez, junio del 56.

Bernardo Alberte: edecán del presidente y delegado del líder.

Marcelo Larraquy reconocido periodista, investigador, años 70 los «del plomo», autor de varios libros imprescindibles, se ocupó del expediente iniciado por la familia de Alberte, algún tiempo después del asesinato consumado en la madrugada del golpe militar del 76. Antes otro escritor Eduardo Gurucharri
escribió sobre la vida de Alberte: «El militar entre obreros y guerrilleros». Libro de 400 páginas.

La descripción de Larraquy basada en el testimonio de los hijos del Mayor Alberte, de lo visto en el expediente, resulta impactante: «Abrí Alberte, venimos a matarte» escribió el historiador como prólogo de una de las tantas notas. Una «patota» de diez tipos fuertemente armados, redujo al portero primero
Lo obligó a inmovilizar los ascensores. Dejar apenas luz fija en las escaleras

Llegaron al sexto piso. Con las culatas de las ametralladoras rompieron la puerta. Antes, el grito de
guerra: «Abrí Alberte, venimos a matarte». «El Mayor intentó llevar su mano a un revolver. Lo golpearon
La esposa e hija al piso, Atadas. Lo empujaron a una ventana y lo tiraron al vacío. Cayó en un patio»·
Recopiló Larraquy

«El ex Juez Dr. Luis Herrera, ex cuñado del Teniente General Pedro Aramburu, vecino del edificio, escuchó la caída cerca de su departamento. «Pareció el impacto de un cajón pesado», declaró en el expediente. Cuando quiso observar con su hijo del mismo nombre, terminó boca abajo, atado», señaló
el historiador

Curiosamente, Alberte llevaba dos días elaborando una carta al general Videla, jefe del Ejército. El caso del secuestro y asesinato de su amigo, Máximo Altieri, lo dejaba expuesto. Días antes en las oficinas que ocupaba el Mayor, calle Rivadavia al 700 se había vivido un allanamiento. Alberte quiso dejar constancia del riesgo que corría su vida

Alberte en un de sus tantas detenciones por motivos políticos

«Nadie quería iniciar la querella contra Videla -explicó Lidia Alberte, hija del Mayor- en el texto de
Larraquy. Un abogado amigo de la familia, el Dr. Jorge Galber, que se recuperaba de lo que ahora se conoce como un ACV. Accidente Cerebro Vascular, tuvo el gesto de amistad y valentía de presentar demanda por el crimen de Alberte», afirmó el escritor

«La causa pasó de largo por 14 jueces. Ninguno quería hacerse cargo. Galber siguió insistiendo», comentó Lidia. En los años de (Raúl) Alfonsín se intentó sin éxito reabrir el caso. Años duros. Recién con Néstor Kirchner se llevó a cabo la investigación a cargo del Dr. Daniel Rafecas, juez en lo Criminal, Correccional Federal, número 3, Capital Federal.

De resultas, condenados los militares genocidas, el general Carlos Alberto Martínez, de la Jefatura de Inteligencia del Ejército -tristemente célebre por los secuestros a cargo de represores en los autos
Ford Falcon «verdes»- y con Martínez el coronel Jorge O´Higgins, ambos imputados por crímines de «lesa humanidad»

Martínez condenado a prisión perpetua murió hace 6 años. Tenía 85 de edad y cumplía prisión domiciliaria. O Higgins, sospechado por vecinos por su tenebrosa participación durante el régimen, cometió un error grave en el edificio donde vivía -a instancias de Larraquy- cuando dejó varias carpetas en un incinerador. Una vecina revisó.

Corría 1982, el país se debatía en torno a la Guerra de Malvinas y lo requisado por «una heroina accidental» terminó condenando a O´Higgins. «Las carpetas secuestradas a Alberte en la madrugada del 24 de marzo del 76, cuando el infortunado militar resultó arrojado al vacío, se las había quedado el coronel genocida», certificó el historiador

A principios de 1969, se edita la revista Con Todo, dirigida por el Mayor Bernardo Alberte.

«El contenido, invalorable para la cultura peronista en primer lugar y luego para develar responsabilidad en el crimen de lesa humanidad, decenas de cartas de Alberte a Perón y otras tantas del ex Presidente de la Nación en el exilio a su antiguo edecán y fiel seguidor», se supo en el 82. Con todo eso Rafecas dictó prisión perpetua al militar. O´Higgins sin parentesco -por fortuna- con el prócer chileno.

«El peronismo, un sobretodo con manchas que en el invierno abriga al pobre», decía Enrique Santos Discépolo, «El Mordisquito», 1949. Hoy, manchado, permite ganar elecciones, aunque no todos los que llegan conocen a «los olvidados» de la historia peronista. La lista de los que estuvieron en la vereda de enfrente es larga. Penosa. Conviene un repaso.

Desde la caída en el 55, antes, junio, 20 bombas de trotyl, Plaza de Mayo, bombardeo el 16 de junio, mediodía. Saldo 356 muertos y algo más de 800 mutilados. Enfrente el recuerdo viaja a apellidos no precisamente ilustres. Lonardi (Eduardo), Aramburu (Pedro), Rojas (Isaac) Toranzo Montero, aquella dictadura «Revoluciòn fusiladora»

Generales Juan Carlos Onganía, Alejandro Lanusse, Roberto Levingston, 1966-73. La dictadura asesina, Videla, Massera (Eduardo), Agosti (Orlando), Harguindeguy (Albano), sin olvidar a Manrique (Francisco) en 18 años de proscripción al peronismo desde 1955 a 1973. De partidos políticos, Arturo Frondizi, Rogelio Frigerio, Alvaro Alsogaray, ministro de Economía, 1958-62

Alianzas políticas. Udelpa Unión del Pueblo Argentino, la «burbuja» que instaló la candidatura de Pedro Eugenio Aramburu, el 24 de febrero del 58. Alianza Popular Revolucionaria, Oscar Alende, 11 de marzo del 73. Alianza Federal, Manrique. «Nueva Fuerza», Alsogaray. El radicalismo en todas las versiones. Lo mismo la Izquierda en toda la dimensión. Partidos Socialistas, Trotskystas. Varios.

Oscar Guerrero, señalado como responsable de la muerte de Alberte

Unión Cívica Radical del Pueblo, Ricardo Balbín 1958, también en el 73. Frondizi Radical Intransigente en acuerdo con el peronismo entre el 58 y 60. Luego, caìdo en desgracia. Raúl Alfonsìn 30 de octubre del 83. La justicia alfonsinista desestimó el caso Alberte. Cuando lo asesinaron tenía 58 años. de edad.

Otras alianzas que quedaron en el camino. La del 99 radicales con frepasistas, Fernando De la Rua y
Carlos «Chacho» Alvarez. También Graciela Fernández Meijide una de las artífices de organizaciones de los Derechos Humanos. En setiembre del año 2000 «Chacho» renunció y el gobierno se derrumbó

La alianza «Cambiemos» con la «pata» radica que llevó a Mauricio Macri al Poder, diciembre 2015. Ultimo espacio político que enfrentó electoralmente al peronismo y matices kirchneristas, sciolistas. En seis décadas tres ciclos no peronistas (Alfonsín, De la Rúa, Macri) ganaron elecciones. Luego, cayeron.

Asimismo, un peronismo «silencioso» en la última parte honró al Mayor Alberte. En Villa Soldati, al sur de la Capital Federal, se levanta una placa en una plaza con su nombre. Diciembre 2006. Hace menos tiempo en Avellaneda la Municipalidad lo reivindicó con una calle.

«¿Quién dijo que todo está perdido?», diría el cantautor rosarino «Fito» Páez (1988). Después de todo ésta columna podría denominarse «Justicia para los olvidados»

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión y Mundo Amateur