Berni y Montenegro: definiciones, diferencias y…¿señales?

RedacciónCoincidieron en el diagnóstico y el camino para resolver la cuestión de la inseguridad. Y dejaron un claro mensaje hacia adentro y hacia afuera de la realidad local, a días de las PASO.

 

El ministro de Seguridad Sergio Berni y el intendente municipal Guillermo Montenegro eligieron bien el momento y las palabras de su encuentro. A horas de una esperada embestida del kirchnerismo por la cuestión de la seguridad, la presencia del funcionario provincial, sus definiciones y entrelíneas representa un apoyo impensado a la gestión local que sin quererlo se ve así parada en el medio de una puja explícita entre Nación y los sectores que responden a Cristina Kirchner y que hoy cuestionan sin disimulo la gestión de Alberto Fernández.

La Provincia tiene una enfermedad endémica que es la seguridad“, expresó Berni y destacó un algoritmo desarrollado por la provincia de Buenos Aires para planificar el patrullaje eficiente de las ciudades, gracias al análisis de diferentes variables (Ver: Presentaron sistema de ubicación de patrulleros). Claro que tras la exposición de los nuevos mecanismos para resolver viejos problemas se esconde un claro mensaje a los concejales del Frente de Todos que por estas horas se preparan para repetir la jugada de la semana pasada en la comisión de Hacienda y, con la ayuda de aliados circunstanciales, forzar en Seguridad la declaración de una emergencia que desde el Ejecutivo rechazan y que la oposición vislumbra como una forma de marcar el supuesto fracaso del oficialismo local en el tema.

Lo que Berni sostiene asume entonces claridad y peso político: «muchachos, la falta de seguridad y el crecimiento del delito no es un problema marplatense. Toda la provincia lo está padeciendo».

Claro que, buscando una diferenciación que deje de lado especulaciones políticas que realmente no vienen al caso, Berni echó mano a frases de Perón – como aquello de “el hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor“- dejando en claro de que lado de la ruta aún se encuentra parado. ¿Habrá tenido algo que ver en ello la versión del intento de su jefa natural, Cistina Kirchner, de tender puentes con la oposición ante el temor de un vacío de poder que cada vez parece más cercano?.

Desde hace muchos años trabajamos juntos con Guillermo, más allá de que somos de partidos políticos distintos. Dejamos nuestras discusiones ideológicas aparte para brindarle mejor y mayor seguridad a una provincia, que tiene una enfermedad estructural endémica de muchos años que es la seguridad”, remarcó para dar más fuerza a la hipótesis.

Pero a dos semanas de las PASO hay una lectura que no puede ser pasada por alto: Berni, enfrascado en una lucha sin cuartel con su par nacional Sabrina Frederic, llega a Mar del Plata para pararse junto a un rival político al que todas las encuestas existentes dan como seguro ganador del presente proceso electoral. Y lo hace para dejar en claro que la inseguridad en la ciudad no es culpa de la gestión local sino de una realidad que afecta a todo el distrito.

¿O hace falta agregar algo a su afirmación acerca de que “algún día nos vamos a aburrir como en Suiza”?.

A lo que debe agregarse el perfil de solución que propone para el problema y que ciertamente se aleja de las visiones garantistas y hasta excéntricas de la funcionaria de Alberto Fernández: afirma sin dudar que la falta de más policía en las calles es también responsable del crecimiento del delito, aunque no ciertamente la única. 

Un encuentro que no fue casual ni meramente institucional y que va acomodando las piezas de un escenario en el que pareciera que «los amigos de mis amigos…no son necesariamente mis amigos».

Y algunos hasta pueden tener el boleto picado…