Roxana Tabakman es una periodista científica que vive en San Pablo desde hace 16 años. Una marplatense, ciudadana del mundo, que propone en su nuevo libro una temática tan inquietante como actual.
Biovigilados aporta un mirada hacía los avances de la tecnología y su influencia en este tiempo. En el libro, su autora trata de plantear lo que para ella es aún «un debate en el que hay que mantener la calma, la mirada crítica y la pregunta acerca de para qué sirve cada descubrimiento».
Roxana, bióloga de profesión, comenzó a ejercer el periodismo en Barcelona tras comprender que su camino transitaba por la divulgación más que por la investigación. En el diario La Vanguardia trabajó en el suplemento de ciencia, uno de los primeros del mundo. «Fue caer en el lugar justo, en el momento justo», sostiene.
«La carrera de periodismo científico aún no existe en el mundo. Hay postgrados pero no una especialidad que permita estudiar ese perfil», aclara. Y en ese sentido cuenta con orgullo que en La Vanguardia le dijeron que ella ya traía la escuela argentina, es decir, que ya sabía escribir bien.
De regreso en Buenos Aires trabajó en Página 12, La Nación y la revista Noticias, hasta el momento de instalarse en San Pablo por razones familiares, donde hoy aún trabaja en el periodismo, especializándose en cuestiones de salud.
«Mi libro transcurre en muchos lugares del mundo que conozco y en él busco volcar todas mis experiencias globales, mis viajes», narra con entusiasmo. «Si bien la protagonista es una periodista científica, como yo, no soy yo», afirma divertida describiendo al personaje central de su thriller.
«Es un libro que cumple con todas las exigencias del género; es atrapante y de fácil lectura. Cuenta la historia de una bióloga argentina que descubre un virus que pone en riesgo a toda la humanidad y, ante la indiferencia de las autoridades, decide tomar el tema en sus manos y de alguna manera hacer justicia por mano propia», resume Roxana.
«No hay peleas, tiros ni trompadas. Hay una competencia tecnológica que va creciendo de uno y otro lado y que, de acuerdo a lo que tuve que investigar en el camino, supone un riesgo real y cotidiano», advierte.
Esta argentina entregada al estudio de los temas propios de esta época nos recuerda que «en los últimos tiempos las noticias nos advierten de la posibilidad de generar cambios científicos y tecnológicos sensibles en los lugares más comunes y domésticos» para agregar que «ello nos habla de un riesgo real que tenemos que tener en cuenta».
Cuando le consultamos acerca del miedo a la tecnología aplicada a los temas de la salud nos dice que «no son buenas ni malas, y esto es así desde el momento en el que se descubrió el fuego. Depende de quien la utiliza».
Un libro que promete, una autora inquieta y estudiosa que habla del «contagio» brasilero que el contacto de tantos años representó en su vida: «prefiero ser feliz a tener razón».
Roxana Tabakman, una mujer de este tiempo con la que «Un Lugar en el Mundo» compartió una rica charla que nos propone una reflexión.