Bonifatti y todo lo que no hay que hacer en este momento

Por Adrián FreijoEl Secretario de Gobierno la emprendió contra el Ministro  de Salud porteño sin medir las consecuencias de generar divisiones y prestarse a lo peor del juego político en la crisis.

«Yo creo que el ministro de la Ciudad de Buenos Aires tiene que ocuparse de la salud de los porteños y nosotros nos vamos a ocupar de la salud de los marplatenses» dijo el Secretario de Gobierno local Santiago Bonifatti al referirse a las declaraciones del Ministro de Salud porteño Fernán Quiros  quien había afirmado que solicitar hisopados para permitir el ingreso de turistas “no es una forma segura de cuidarnos”.

Se equivoca el funcionario local en sus afirmaciones y, tal vez sin quererlo, entra en un peligroso juego político que lo emparenta con la estrategia de la administración provincial que, impotente para frenar el aumento constante de contagios en todo el territorio bonaerense, busca por todos los medios la descalificación de lo que hacen los funcionarios de la CABA sin tomar en cuenta el amesetamiento que en ese distrito viene marcando la evolución de la pandemia en las últimas tres semanas.

Una mirada menor a su reacción podría ubicarlo en el espacio de su pertenencia, el lavagnismo por el que fue candidato en las últimas elecciones, que hoy actúa como aliado político del kirchnerismo y nada dice cuando se detectan avances de ese sector sobre todo el espectro opositor. Pero tal vez no sea correcto suponer una jugada de tan escasa altura, aunque sepamos todos que en la política argentina esa es la habitualidad y no la excepción.

Pero si cuesta comprender la manera en la que Bonifatti sale al cruce de un hombre del color partidario del propio intendente Montenegro, y será bueno saber si lo dicho se basa en una mirada personal o si responde a una orden superior para diferenciarse de Horacio Rodríguez Larreta y su presente político. De no ser esto último el ex presidente de Acción Marplatense estaría marcándole la cancha a su propio jefe, lo que lo ubicaría una vez más en el lugar de quien supone que los espacios políticos que integra están al servicio de su proyecto personal.

Cuando se le plantea que el hisopado no es suficiente para garantizar que quienes ingresan a la ciudad no sean portadores del virus, Bonifatti responde que “no hay ninguna medida que lo garantice. La verdad es que hay una ventana de tiempo de un posible contagio, pero se reducen drásticamente las posibilidades de tener una persona contagiada, por eso hoy estamos hisopando para ingresar al Partido de General Pueyrredon”.

Y esto no es verdad: todos los días se multiplican las experiencias de personas que han ingresado a la ciudad sin que se los controlara ni una sola vez. En ese sentido su afirmación de que “hoy la Ciudad de Buenos Aires no tiene forma de hacer ningún tipo de control, porque el tamaño, la cantidad de los accesos, los millones de personas que entran y salen no permite pensar algo así” carece de toda solidez frente a las reiteradas muestras de portadores del COVID-19 que llegaron a Mar del Plata sin que nadie haya podido detectarlos.

Más allá de estas consideraciones, sería bueno que el Secretario de Gobierno no entrase en el juego de la descalificación a quien no piensa de su misma manera. No parecen los actuales tiempos propicios para confrontar o fijar posiciones extemporáneas de rechazo a lo que los demás piensan. Y llama la atención que su respuesta, a una opinión profesional de alguien respetado por toda la comunidad como es el Dr. Quirós, poco y nada tiene que ver con el tono elegido por el intendente Montenegro que en todo momento ha evitado las polémicas, los agravios o la confrontación.

Todos sabemos que este momento exige complementación y responsabilidad común. Y que lo dicho por el hombre de la CABA está orientado a colaborar con General Pueyrredón y asegurar el mejor control posible de cara a la temporada que se acerca. Control que no será suficiente si solo se trata de hisopar a los visitantes.

Y lo hizo en el mismo tono moderado y respetuoso que el intendente local ha elegido para opinar o comunicar sobre temas referidos a la crisis sanitaria.

Y que un alto funcionario de su gabinete pretenda cambiar ese tono suena, al menos, preocupante…