La Amazonia se está acercando más rápido de lo esperado a un punto de inflexión provocado por el calentamiento global y la deforestación de acuerdo con una investigación publicada hoy.
La Amazonia se está acercando más rápido de lo esperado a un punto de inflexión provocado por el calentamiento global y la deforestación, y de acuerdo con una investigación publicada hoy en la revista Nature Climate Change, este cuadro “podría transformar el mayor bosque tropical del mundo en una sabana”.
Un grupo de investigadores analizó 25 años de datos satelitales para evaluar la resistencia de la selva amazónica a eventos traumáticos como incendios y sequías.
El hallazgo, considerado como “alarmante”, muestra que este indicador clave de la salud general del ecosistema amazónico disminuyó más del 75% de su superficie.
«La capacidad de recuperación de las zonas más afectadas también disminuyó hasta un 50%, especialmente en zonas próximas al desarrollo de actividades humanas o afectadas por la sequía, detalló a la agencia AFP Tim Lenton, coautor del estudio por la Universidad de Exeter, en el Reino Unido.
Según las simulaciones, el calentamiento global por sí solo puede empujar a la selva amazónica hacia una transformación irreversible en sabana.
El último informe de los expertos en clima de la ONU, el IPCC, publicado hace una semana, volvió a advertir de esta posibilidad, que según algunas previsiones podría empezar en 2050.
«Obviamente, no es solo el cambio climático, la gente está cortando o quemando el bosque, que es un segundo punto de presión», continúa Lenton.
«Estos dos factores interactúan, por lo que se teme que la transición se produzca incluso antes», agregó.
Además de la Amazonia, sistemas tan importantes para el equilibrio del planeta como las capas de hielo, el «permafrost» (suelo permanentemente congelado, especialmente en Siberia) que contiene enormes cantidades de metano o CO2, los arrecifes de coral, el régimen monzónico del sur de Asia o las corrientes marinas del Atlántico, están amenazados por estos puntos de inflexión, que pueden cambiar radicalmente el mundo.
En la Amazonia brasileña, la deforestación alcanzó niveles récord desde la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro en 2019, recordó AFP.
La selva amazónica de Brasil, que representa el 60% del total, pasó de ser un «sumidero de carbono» a ser una fuente neta de carbono, liberando en la última década un 20% más de este gas de efecto invernadero de lo que ha absorbido.
El reciente informe del IPCC puso de manifiesto hasta qué punto los ecosistemas naturales están amenazados, aunque su buena salud podría contribuir eficazmente a la lucha contra el cambio climático.
La tierra y la vegetación han absorbido un tercio de las emisiones de CO2 desde 1960.
La transformación de la cuenca del Amazonas en una sabana “tendría, por lo tanto, enormes consecuencias a nivel regional como mundial”, advirtieron los autores.
“Unos 90.000 millones de toneladas de CO2 -el doble de las emisiones anuales del mundo procedentes de todas las fuentes- podrían liberarse a la atmósfera y aumentar el calentamiento global”, advirtieron.
A nivel regional, no solo la selva se vería afectada.
«Si se pierde el papel de la Amazonia en el ciclo de las lluvias, podría haber consecuencias para el centro de Brasil, el corazón agrícola del país», agregó Lenton.
Para evaluar la resiliencia del bosque, los investigadores analizaron datos que medían su biomasa y el «verdor» del dosel forestal.
«Muchos investigadores teorizaron un punto de inflexión (…) Nuestro estudio aporta pruebas empíricas vitales de que nos estamos acercando a ese umbral», dijo Niklas Boers, profesor del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (PIK) y coautor del estudio.
«Si perdemos demasiada resiliencia, el declive podría volverse inevitable. Pero solo será evidente una vez que haya pasado el acontecimiento que incline el sistema», concluyó el investigador.
«Si pudiéramos volver a bajar la temperatura, incluso después del punto de inflexión, podríamos dar la vuelta a la situación», explicó Lenton.