Canal 7: una pulseada con la Argentina de los privilegios

La decisión del gobierno de mudar la sede del canal oficial a Tecnópolis y el rechazo de los sindicatos, es una buena ocasión para saber si alguna vez la Argentina podrá encarar un cambio.

El presidente anunciará la mudanza a Tecnópolis antes de fin de año. Desde adentro del canal oficial ya comenzaron las revueltas en contra de la medida. ¿Qué dicen?: lo de siempre, que detrás de todo esto se esconde una operación inmobiliaria.

La única realidad es que ni los trabajadores ni los sindicalistas quieren abandonar la comodidad de una sede enclavada en el corazón de Palermo Chico y todos los privilegios que ello supone.

Otra cosa que no será nada fácil para el gobierno. En el canal hay un núcleo duro de gremialistas que resistió a anteriores gobiernos en cualquier cambio que quisieran hacer. Lo que más molesta en este caso es que se enteraron de la noticia a través de un comentario que hizo el Titular de Los Medios Públicos, Hernán Lombardi,

El proyecto comprende la unificación de los medios de comunicación estatales: Canal 7, Radio Nacional y Télam.La noticia surgió en una charla distendida, al aire, con María Laura Santillán, en FM Milenium.

La idea es que en Tagle se sume un proyecto de Museo y Arte, que unido al Malba, y a la ampliación del Museo de Bella Artes, termine haciendo del lugar un polo de cultura.

Sin embargo los gremios olfatean otra cosa: “Es una campaña del Gobierno, que pone como excusa la ampliación del Bellas Artes. Es mentira que en los camarines se utilizan de depósitos. Que digan la verdad, nos quieren desplazar para realizar un negocio inmobiliario millonario. Estos terrenos valen fortunas, y por eso nos quieren echar”, se quejó un técnico de la TV Pública.

Hasta se habla de una campaña de desprestigio, orquestada para correr de lugar al canal. Sorpresa hubo por la versión que indicó que un “okupa” vivía en un camarín, dentro del canal. “Fue una movida de prensa para desprestigiar a la TV Pública y sus trabajadores. Nadie se acercó a preguntar si era cierto. Es una movida de ajedrez con malas intenciones”, explicó un delegado.

Nada nuevo bajo el sol y a su vez una inmejorable oportunidad para saber si alguna vez un gobierno podrá, dentro del marco de la ley, torcer el brazo de los privilegios sindicales y comenzar a cambiar el destino de fracaso de un país que ha hecho casi todo mal y sin embargo no encuentra espacio para corregir esos errores.

Algo que todos necesitamos…