Todo el mundo esgrime su derecho a trabajar y al mismo tiempo jura que va a respetar las normas. Pero la realidad habla siempre de aprovechamiento y descontrol, aunque atente contra la salud.
Calabria esq. Martínez de Hoz. Todos los viernes y sábados los vecinos del lugar sufren el mismo drama; un carromato -que ya en verano debió ser corrido de la zona de Playa Grande- se instala en el lugar para vender hamburguesas y choripanes en una zona en la que se desarrolla actividad de boliches.
Durante el tiempo de estadía la falta de higiene en la elaboración de la mercadería es evidente y nadie hace nada para evitarlo o controlar. Pero lo peor llega con la mañana, cuando el lugar aparece lleno de residuos y mugre que atrae todo tipo de alimañas y roedores.

Así queda por la mañana el lugar, lleno de desperdicios que atraen alimañas y roedores
¿Las autoridades de bromatología?…bien, gracias.
Ningún control ni presencia pese al riesgo que esto supone para la salud pública. Y la intención de autorizar el trabajo de choripaneros en la vía pública hace que nos preguntemos si con ellos se va a continuar la política irresponsable que hoy vemos en casos como el que denunciamos.

Así son «estibados» los alimentos y también los residuos de todo tipo.
Otro caso de irresponsabilidad de funcionarios y concejales que siguen llevándose al bolsillo jugosos salarios que ciertamente no honran con trabajo y responsabilidad. Y de una población indefensa en manos de aventureros que saben que nada les pasará por grande que sea el estropicio generado.
¿Hasta cuándo?.