Colombia logró poner fin a medio siglo de guerra interna

Parecía imposible de lograr. Sin embargo ayer se firmó el acuerdo definitivo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Ahora será la gente la que se pronunciará en referéndum.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, suscribieron este lunes en Cartagena de Indias el histórico acuerdo de paz que pone fin a un conflicto armado de más de 50 años, ocasión en la que el líder guerrillero pidió «perdón por el dolor» causado.

La ceremonia, en el Centro de Convenciones de esta ciudad, fue presenciada por más de 2.500 invitados locales y extranjeros, cuyas ubicaciones en la platea fueron determinadas por sorteo, como símbolo de la reconciliación.

Todos los presentes vistieron camisas blancas, como símbolo de la paz, y muchos asistentes hicieron flamear pañuelos de ese color en varias ocasiones. También se vio una bandera que además de los colores nacionales amarillo, azul y rojo llevaba en la base una cuarta franja, blanca.

«Pedimos perdón por el dolor que hayamos podido causar en esta guerra», afirmó Timochenko, quien se congratuló de que Colombia vaya «hacia la política sin armas» y aseguró que las FARC van a «cumplir» el acuerdo y esperan «que el gobierno cumpla».

«Decimos fuerte y claro: no más guerra, no más la guerra que nos dejó cientos de miles de muertos, millones de víctimas y desplazados, y tantas heridas que tenemos que empezar a sanar», dijo Santos en su discurso y reiteró que «cambiar las balas por los votos es la decisión más inteligente».

Antes que los dos protagonistas del acto habló el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien sostuvo que los acuerdos «solo prometen el fin del conflicto armado para una paz duradera en un desarrollo equitativo» y «visualizan una paz que garantiza el papel de la mujer» porque «ya no habrá espacio para una política basada en la violencia».

Santos y Timochenko rubricaron los siete ejemplares del acuerdo -de 297 páginas cada uno de ellos- con unas lapiceras hechas especialmente con partes de proyectiles, a los que el mandatario llamó «balígrafos».

Junto a ellos se ubicaron en la mesa principal los jefes de los equipos del gobierno y las FARC que negociaron el acuerdo durante casi cuatro años en La Habana, el ex vicepresidente Humberto de la Calle y Luciano Marín, alias Iván Márquez, respectivamente.