Históricamente aliada incondicional de Cristina, la CAC presentó una fuerte queja por la marcha de algunos negocios públicos, con acento en los deficientes durmientes de las vías.
La relación casi idílica que han mantenido las empresas constructoras locales con la administración kirchnerista en los últimos 12 años, gestionada con generosidad presupuestaria por el ministro Julio de Vido, registró un sorpresivo y marcado quiebre que promete dejar su impacto en el proceso electoral.
Ante la falta de respuestas a las inquietudes que se venían tratando en forma reservada, la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) decidió salir a plantear públicamente los reclamos que se han acumulado por pagos atrasados en obras y en particular los inconvenientes con la renovación de vías.
Por medio de una nota oficial entregada el último viernes, las autoridades de la CAC le plantearon al ministro de Transporte, Florencio Randazzo, que intervenga ante el problema que generan los nuevos durmientes de hormigón que se rompen al paso de los trenes en las vías recientemente reparadas.
Pidieron también que el Gobierno se ponga al día con los certificados de obras impagos y que extienda los plazos de terminación de las obras que se vieron retrasadas por la demora en la entrega de los materiales que corrían por cuenta del Estado.
“Venimos a transmitirle la grave preocupación de la que nos han dado cuenta varias de las empresas que son miembros de nuestra institución y que participan de la ejecución del plan de obras de modernización de vías de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF)”, destacó la entidad en la nota remitida al ministro.
La carta es firmada por el presidente, Juan Chedick y el vice, Gustavo Weiss, verdadero hombre fuerte de la entidad.
Con respecto a los nuevos durmientes de hormigón que no resisten el paso de las formaciones de pasajeros, la cámara le advirtió a Randazzo que “las fallas se registran en los materiales fabricados por un proveedor homologado por la ADIF” y que “dada la importancia que representa para todas las empresas la imprescindible seguridad que debe existir en el tránsito ferroviario se requiere la intervención oficial para adoptar las medidas sean necesarias”.
El planteo de la CAC al Gobierno comenzó a gestarse a principios de la semana pasada en una reunión de los empresarios que conforman la “comisión ferroviaria” de la entidad. Todas las contratistas que están cambiando las vías a la costa atlántica y a Rosario se quejaron por la actitud de la ADIF de no reconocer el serio problema que saltó sobre el tapete con los durmientes de hormigón que se quiebran a medida que circulan los trenes.