Coronavirus: Italia ya comienza a vivir en emergencia

Radicada desde hace casi tres décadas en Torino la argentina Raquel Guarnieri, gerente de una escuela de coaching, relata los drásticos cambios en la vida diaria.

El acopio de alimentos, la suspensión de clases en todos los niveles y la cancelación de viajes son las consecuencias y las reacciones de los habitantes del norte de Italia, ante al brote de coronavirus, entre los cuales dos argentinas que viven con sus familias hace 29 y 18 años y que brindaron su testimonio a Télam.

La gente «empezó a acopiar alimentos» en los municipios en cuarentena, relató a Télam Raquel Guarnieri, una argentina que desde 1991 vive en Torino -ciudad no afectada por la medida, pero en la que las autoridades suspendieron las clases esta semana- y ya planifica compras por internet y suspender viajes de trabajo a Milán.

«No se habla de otra cosa (que del coronavirus). Lo único abierto en esos pueblos (los once municipios del norte en cuarentena) son las farmacias y la gente empezó a acopiar alimentos. Yo, por ejemplo, acá en Torino, si bien todavía no se decidió la cuarentena, hoy pensaba ir al supermercado, pero dije ‘para qué voy a ir si puedo comprar por internet'».

Guarnieri, gerente general en Italia de una escuela de coaching, canceló este fin de semana un curso previsto en Milán, a 140 kilómetros de Torino, la capital de Lombardía, «y voy a suspender también las sesiones de otro curso en Roma por conciencia, no porque esté prohibido, y las voy a hacer por internet».

Otra argentina que reside hace 18 años en Italia con su familia, Adriana Sánchez Capriccio, dijo a Télam que «cada día aumenta la posibilidad de propagación del virus. Por precaución y para que no se expanda, están realizando un protocolo de prevención: desde el 24 de febrero al primero de marzo se suspenden las clases de la universidad, escuelas y guarderías».

«Mi hija Valentina recibió la notificación de que no tiene que ir a la universidad hasta el primero de Marzo. También se nota que la gente dejó de frecuentar restaurantes, o lugares públicos como museos, es una situación que provoca cierta incertidumbre en la población; no hay restricciones forzadas, por ahora cada uno decide sobre la propia libertad de ambular», agregó Sánchez Capriccio.

«Es feo y te sentís extraño», completó Sánchez Capriccio, quien vive en San Secondo Parmense, provincia de Parma, región de Emilia Romagna (norte del país) donde es docente de música.

Los once municipios a los que el gobierno italiano decidió impedir la movilidad de su población son Casalpusterlengo, Codogno, Castiglione d’Adda, Fombio, Maleo, Somaglia, Bertonico, Terranova dei Passerini, Castelgerundo y Sanfiorano, en la región de Lombardía, donde viven cerca de 50.000 personas, y Vo’ Euganeo, en Véneto (cuya capital es Venecia, donde se canceló el carnaval), con 4.000 habitantes.

A la vez, se decidió el cierre de las escuelas durante esta semana en Lombardía, Véneto y Piamonte por el coronavirus, que suma 132 contagiados en Italia y dos muertes.

Guarnieri contó que los pueblos en cuarentena «están en los alrededores de Milán, serían como el primer cordón, pero también en Milán el intendente (Giuseppe) Sala sacó un decreto donde se prohíbe todo: las escuelas, universidades y todos los lugares donde hay aglomeraciones, como fiestas y carnaval».

En Torino, la capital de la región de Piamonte, «esta semana no hay clases ya que le sumaron a los tres días de vacaciones por carnaval otros dos feriados» y además «suspendieron todos los exámenes en las universidades», señaló.

Entre las modificaciones a la vida cotidiana consecuencia del coronavirus, Raquel Guarnieri contó la posible suspensión de la fiesta de cumpleaños de su hija Sofía, que este viernes 28 pensaba celebrar sus 18 años.

«Todavía no hay decreto de cuarentena en Torino, pero si lo llegan a sacar, vamos a tener que pasar la fiesta para otro día», finalizó.