Los resultados en Santa Fe, Mendoza y Capital encendieron las luces de alarma y la dirigencia peronista quiere una fórmula única con Scioli en la nación y Randazzo en Buenos Aires
«Basta de La Cámpora» es por estas horas el clamor de la dirigencia del peronismo, encarnada sobre todo en los viejos caciques del conurbano y aún en los fundadores del kirchnerismo. Aunque nadie quiera por ahora decirlo en voz alta, la crítica se encamina sobre todo a la propia conducción de Cristina a la que en voz baja acusan de querer asegurar la continuidad de los jóvenes que rodean a su hijo Máximo «aunque para ello nos lleve a todos a un desastre», concluyen.
Están convencidos de que enfrentar a Scioli y Randazzo en las PASO puede terminar con una foto similar a la del último domingo en la Capital Federal y, lo que es peor, con el principal candidato rodeado de las mismas cara de la derrota que se ostraron en el distrito porteño.
Exigen que en agosto haya en las mesas una lista de unidad en la que el actual ministro encabece la propuesta en el principal distrito del país. «Randazzo mide más que cualquiera de los que por ahora se postulan» sostienen, «y además su candidatura va a sacarles muchos dirigenetes a Massa, porque van a ver un oficialismo unido que se presentará como una opción ganadora».
La presión es cada vez mayor y todos miran a Córdoba como la elección determinante: si allí el peronismo vuelve a sufrir una derrota -se entiende que en su variante alineada con la Casa Rosada- el pedido será formal y la destinataria del mismo no podrá evitar la primera rebelión de sus «seguidores».
Que para un peronista nunca hubo nada mejor que otro peronista…mientras gana.
