Cuando el gobierno disfrutaba la impunidad el miedo entró en escena

“Cosa juzgada írrita”, el término que hoy más se repetía en el gobierno. El kirchnerismo piensa que es la jugada más fuerte de la Corte para tirarle encima las causas por corrupción

Todo empezó cuando un grupo de jueces federales le pidió al presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, que ese cuerpo siente precedente a favor de la “cosa juzgada írrita”, una figura jurídica que permitiría reabrir investigaciones por corrupción o enriquecimiento ilícito cerradas en forma fraudulenta.

Los impulsores, que agrupa a los jueces federales más enfrentados al Gobierno, tienen en la mira especialmente las causas por presunto enriquecimiento ilícito que en su momento se abrieron contra Cristina Kirchner.

Lorenzetti dio lugar al pedido y la Corte Suprema lo refrendó con un fallo que dará motivo de preocupación al gobierno de Cristina Kirchner.

Según explicó diario Perfil el fin de semana, la “cosa juzgada írrita” se encuentra bajo análisis en el Máximo Tribunal a partir de diferentes recursos extraordinarios. Por ejemplo, el presentado por Juan José Galeano, cuyo sobreseimiento en el juicio por encubrimiento del atentado contra la AMIA fue revocado con la figura de “cosa juzgada írrita”.

El miedo del gobierno no es zonzo: en Comodoro Py aseguran que el juez Claudio Bonadio, quien lleva adelante la causa Hotesur, ya analiza la posibilidad de recurrir a la figura para reabrir la causa por enriquecimiento ilícito contra la jefa de Estado.

Pero existen no menos de diez causas, oportunamente archivadas por los jueces amigos, que podrían en el futuro resurgir de sus cenizas y volver a un centro de la escena que al gobierno no lo tranquilizan.

El recuerdo de Isabel Perón presa por la causa del la Cruzada de Solidadridad Justicialista, que durante su gobierno había sido juzgada y sobreseída, sobrevuela ahora la cabeza de Cristina Fernández que teme que todas las maniobras pergeñadas sobre su administración para actuar impunemente no sean suficientes en el futuro para ponerla lejos del alcance de la ley.