Por Dimas J. Pettineroli (Exclusivo desde Margarita Island) – Chile y Bolivia se presentaron como economías ordenadas y en crecimiento constante”. Fallaba la política.
Concepto de referencia: “La economía, estúpido» (The economy, stupid), fue una frase muy utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre), que lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos. Luego la frase se popularizó como «es la economía, estúpido» y la estructura de la misma ha sido utilizada para destacar los más diversos aspectos que se consideran esenciales.”
Hace exactamente 30 años iniciábamos con mi querido amigo Adrián Freijo, en su programa Libre Expresión, por LU6, del que era su columnista económico, una polémica que envolvió a toda Mar del Plata (el programa tenía el 83 % de audiencia).
Era el final del gobierno de Raúl Alfonsín, con la llegada de la hiperinflación, híper devaluación, etc.
Entonces yo decía, con respaldo, que “el problema era económico”. Todavía no existían Clinton y su frasecita. Adrián, insistía: “Dimas, el problema es político”.
20 años después reconocí que tenía razón.
Y hoy esto ha quedado muy a la vista de todos con lo que está ocurriendo en Chile y Bolivia.
Ambas naciones se presentaron a los argentinos y el mundo, en los últimos 5 años, como ejemplo de “economías ordenadas, positivas, fuertes, en crecimiento constante”. En síntesis, se decía desde los altos niveles, «son el ejemplo a seguir, ya que teniendo gobiernos de distinto signo lograron la estabilización y desarrollo económico.”
Y es cierto. Sin embargo esas democracias de origen comenzaron a tornarse autoritarias en la gestión y fueron perdiendo legitimidad.
En Chile, el más rico, salud y educación pública se tornaron inexistentes pese a la montaña de dólares que disponía el gobierno como superávit.
Los hijos de clase media, quedaron marginados de las universidades privadas carísimas. Y la salud de calidad similar a la que se brinda gratis en los hospitales argentinos, se hizo prohibitiva por sus costos en clínicas del sistema privado.
Entonces tanto Evo como Piñera, y antes la misma Bachelet se aislaron, empezaron a vivir la fantasía del 20 % rico del país.
Si bien en el país trasandino se cumplían las formalidades de la democracia, abajo, (más de la mitad de los ciudadanos no voto en las ultimas presidenciales) se fueron marginando y sintiéndose no incluidos. Se armó una democracia de minorías y entonces cuando los porcentajes eran raspados se veía que eran francamente minoritarios. Eso sí, con fuerte respaldo militar. Generales que todavía tienen perfume de Pinochet.
En Bolivia la grieta es atroz. La mitad del país en La Paz, popular de los cholos, con su fuerte en El Alto, la ciudad de Evo y el trópico cocalero.
La otra mitad, blanca, moderna, mirando a Buenos Aires, Miami y Paris, Santa Cruz de la Sierra, con líderes desde Tuto Quiroga, pasando por Carlos Mesa y el emergente Luis Camacho son fuertes por sí mismos y los apoyos externos que poseen.
Hasta ahora venía ganando La Paz. Ahora la torta se dio vuelta y las consecuencias son terribles en muertos, heridos, detenidos y destrucción. Penoso.
Es sábado 16 a la noche.
En todo Chile, el final es abierto. No me extrañaría hasta un adelantamiento de las presidenciales. Y segura es una reforma de la Constitución, pero quien la hará y hasta donde?
En Bolivia la presidenta provisional esta dispuesta llegar hasta las elecciones qué convocará en pocos días. Mientras tanto maldice a Macri porque no se decide a reconocerla.
Así son las cosas. Amanecerá y veremos.
Mientras tanto nos queda claro que el problema es político (estúpido).
Abrazo caribeño.
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