Daniel Viglione: ahora todos los caminos conducen a Batán

Renunció su abogado, no tiene un plan de pagos, las escuchas comienzan a cerrar el círculo sobre su mujer y su hijo. El detenido consultor parece sin respuestas ante las acusaciones en su contra.

El miércoles Daniel Viglione  fue trasladado desde su lugar de detención en la ciudad de Mendoza a los Tribunales locales. Ante el fiscal sostuvo que “me escapé porque me amenazaron”, aunque se negó a dar detalles de los hechos que se le imputan. Antes, cuando ingresaba al edificio judicial, le dijo a los periodistas que esperaban su arribo: “Ya vamos a charlar, estoy muy tranquilo”.

Ahora se supo que el Dr.Alejandro Miranda renunció a la defensa del hombre acusado de haber perpetrado más de 40 estafas a través de las que se habría apropiado de al menos 730 mil dólares.

El abogado, que junto con su equipo lo había asesorado cuando lo detuvieron en Mendoza, evitó dar a conocer los motivos de su renuncia, pero según trascendió la decisión se precipitó luego de tomar conocimiento de que Viglione carecería de un plan de pago a sus deudores.

María Larsen, señalada como la socia del periodista se presentó en la Fiscalía de Delitos Económicos y prestó declaración indagatoria ante Fernando Berlingieri.

“Él era el único dueño de todo, el único que operaba el dinero y así lo dijo en todos lados. Recibía el dinero, quedaba en la oficina y él era el responsable”, dijo a la prensa.

Según afirmó, está “muy dolida” por las acusaciones e insistió en que ella sólo era “una colaboradora administrativa” de Viglione. Incluso, advirtió: “Siempre le creí todo como todas las personas; ahora me siento estafada”.

Y para completar un cuadro cada vez más adverso a su estrategia defensiva ayer se conocieron audios de Claudia Fernández, esposa del periodista detenido quien sostenía que “el dinero no lo tengo en el bolsillo, pero tiene que llegar. El dinero está”, decía intentando explicar a una de las víctimas de su esposo, preocupada por la demora en la devolución del dinero, cómo seguían las operaciones.

También le habla a un inversor y le asegura que su esposo y su hijo están analizando la situación, lo que la compromete a ella y al joven como integrantes de una asociación ilícita según denuncia el abogado de las víctimas, el Dr. Julio Razona.

Ni una buena noticia llega a los oídos de este hombre que parece cada vez más lejos de lograr zafar de una situación tan compleja como escandalosa. Sin «un perro que le ladre», en medio de la inquisidora mirada de un público que ya lo condenó, cercado por la justicia y por la furia de sus víctimas, Daniel Viglione se acerca cada vez más al momento en el que las rejas de la prisión se cerrarán a su paso y, tal vez por un largo tiempo, pueda reflexionar acerca de los riesgos de querer enriquecerse a costillas de la buena fe y/o la ambición de los incautos.

Por ahora…todo parece salir al revés de lo planeado.