Redacción – Cuesta entender algunas actitudes del gobierno comunal, siempre dispuesto a iniciar un nuevo conflicto sin medir las consecuencias. La burla a los docentes municipales parece no tener otra lógica que la perversión.
En menos de una semana el gobierno de Carlos Fernando Arroyo subió a una montaña rusa su siempre difícil relación con los trabajadores municipales. Primero resolvió descontarle las bonificaciones cobradas en marzo y abril basándose en el fallo de la Cámara Contencioso Administrativa que había anulado la medida cautelar que les permitió hacerse de sus remuneraciones -aunque en las cercanías del intendente sostienen que su intención era hacerlo en cuotas para que el efecto no fuese tan brutal, lo que despertó la furia de Hernán Mourelle quien le avisó que no iba a escuchar esa recomendación y que la quita sería de una sola vez y por el total de lo que los maestros habían cobrado- y pocas horas después llegó a un acuerdo con el STM para suspender dicha quita.
En pocas horas había cambiado tres veces de decisión, pero parecía que por fin el sentido común se había impuesto. Pero no era así…
Recientemente se supo que, tal vez por orden de Mourelle -ya instalado como verdadero intendente en ejercicio- se seguirá adelante con el descuento; aunque ello signifique dejar a Arroyo como un mentiroso o, lo que es peor, como un hombre que ya no maneja el poder para el que fue elegido.
La respuesta del gremio no se hizo esperar y la declaración de alerta y movilización fue el camino lógico ante el manoseo. La decisión se tomó luego de una asamblea en la que los referentes de los maestros municipales confirmaron que Arroyo no suspendió la resolución del Secretario de Hacienda en la que se les retiraba la bonificación.
¿Era necesario?, ¿no existía otro camino que no fuese el del manoseo y la mentira?, ¿puede aceptarse que tantos trabajadores docentes queden como rehenes de las rencillas desatadas en un gabinete que ya en retirada no puede contener sus propias internas?.
La ciudad puede volver a ser testigo de un conflicto tan inútil como descriptivo de la situación disparatada que vive el gobierno comunal. Buenos será entonces que todos entendamos que no son los docentes los que lo han generado sino las víctimas de tanta irresponsabilidad puesta al servicio de vaya a saberse que interés o pretendida estrategia.
Uno de los tantos casos en los que la politiquería barata termina afectando a las personas y sus derechos. Uno más…