Los integrantes del plantel de Quilmes coincidieron en reconocer el crecimiento que el capitán evidenció en su último año en Argentina y expresaron su orgullo por la excelente temporada que el equipo «cervecero» supo construir.
Después del exigente partido ante San Lorenzo en el que Quilmes luchó hasta el final, el clima de cierre de temporada se tornó muy emotivo por la despedida del «niño mimado» pero también tuvo tintes de celebración por el destacado desempaño del equipo a lo largo del año.
En declaraciones a Tiempo Deportivo (QSL FM 92.3 ESPN Radio), los referentes del plantel hablaron de sus sensaciones con la emoción a flor de piel en una noche inolvidable para la historia de Quilmes con la despedida de Vildoza en el centro de la escena.
“Me tocó conocer a una hermosa persona y un excelente jugador. Se va en busca de un sueño más grande, de algo más lindo y está muy bien que así sea. Los que lo conocemos y lo queremos estamos muy contentos por él”, expresó Eric Flor.
“Siempre hablé mucho con él. Este era su momento. Le dije que si disfrutó acá, que por favor disfrute todavía más allá. Con el increíble talento que tiene, disfrutar de la experiencia es lo mejor que le puede pasar. Fue un orgullo y un placer compartir este equipo con él. Luca también fue artífice de que yo esté acá y estoy profundamente agradecido de que me haya dejado ser su amigo y compañero”, consideró Enzo Ruiz.
Tampoco podía faltar una valoración de su entrenador, Javier Bianchelli. “El crecimiento que tuvo y la madurez que alcanzó es totalmente distinta a como empezó la temporada. Me pone contento, muy feliz. Sé, también, que el equipo trabajó para eso. Puso su granito de arena para que hoy Luca esté mucho mejor que al principio y que en la valija pueda poner un poquito más de cosas para llevarse a España”, explicó.
Consultado sobre cómo había sido el último diálogo post-partido en el vestuario, Eric Flor aseguró que fue “hermoso como lo fue todo el año. Este grupo es increíble. Es una lástima que se haya terminado. Encontré una calidad humana increíble. Y se formó un equipo bárbaro, con mística, con ganas de ganar y es un honor que nos respeten como nos han respetado”.
Y agregó, como las virtudes salientes de este Quilmes: “Las ganas de trabajar. Durante todo el año entrenamos como caballos y jugamos con la misma energía. Y el grupo humano, por supuesto. Es lo que más rescato”, dijo.
El testimonio del santiagueño Enzo Ruiz resultó conmovedor. “Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance y más, pero no nos alcanzó. Igual tenemos que estar totalmente tranquilos por el esfuerzo que hicimos. No nos guardamos nada”, expresó.
Y también reconoció que “aunque a veces no nos salían las cosas, siempre fuimos para adelante. La unión, el compañerismo, el dar por el otro, el querer hacer mejor al compañero fueron armas que nos llevaron hasta la final de la Conferencia”.
Por último, y antes de quebrarse por la emoción, aceptó que este paso por Quilmes “me enseñó muchas cosas. Principalmente a madurar. Fue difícil pero me sobrepuse”, alcanzó a decir con la voz entrecortada.
También embargado por la emoción, Javier Bianchelli dijo sentirse “orgulloso de pertenecer a este equipo. De lo que se ganó, del respeto, de cómo se trabajó, de la entrega, de la identidad y de la comunión con la gente”.
“Afrontamos varios desafíos en uno -continuó-. Tuvimos un quiebre faltando dos meses para finalizar la temporada y nos pusimos como objetivo entrar en play-offs. Los jugadores lo creyeron y fueron en busca de eso. Nuestro fuerte fue la confianza en nosotros mismos, reconocer las falencias y potenciar las virtudes y, por supuesto, no bajar los brazos jamás ante cualquier adversidad. Nunca nos rendimos”, concluyó.
Foto: Maximiliano Gutiérrez