En el último encuentro del año el nombre de Insaurralde se hizo sentir con fuerza. Algunos lo quieren adentro y otros lo ven en el FR.
A diferencia de lo ocurrido en la ciudad de La Plata, donde hubo quejas al respecto, el PJ bonaerense, reunido en congreso extraordinario llevado a cabo en Caseros (Tres de Febrero), se mostró más cristinista que nunca. Y también les pegó a los “tibios”. Se anunció que llegó la hora de las definiciones, que llegó la hora de decidir si se está o no, porque, aclararon, “parece que falta mucho”, pero para las elecciones 2015 “no falta nada”.
“Se necesita un PJ unido en toda la Provin-cia para condenar a los traidores y ratificar la conducción de la compañera Cristina Fernández de Kirchner”, señaló Andrea García, dirigente de la Cuarta sección y funcionaria de la cartera de Agricultura nacional. Lo de “traidores” fue para Sergio Massa. Y lo de “tibios” para Martín Insaurralde.
El Congreso del PJ se dividió entre los que no quieren saber nada con el lomense, entre los que perdonan su tibieza y aún le hacen lugar, y entre los que aseguran que todavía está en el Frente para la Victoria y destacan que lo de la “indefinición” tiene que ver más con lo mediático que con la realidad.
“No lo sé, la verdad que no lo sé”, contestó el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, al ser consultado sobre el lugar político en el que se encuentra el marido de Jésica Cirio. Y la verdad es ésa. Nadie sabe demasiado. Pero la tibieza y los rumores hacen mella. “A mí me dijo Gius-tozzi (Darío) que él va a la interna del Frente Renovador con Posse y que Insaurralde va por afuera, con una colectora”, contó a La Tecla una dirigente peronista de la Cuarta sección.
Por cierto, es el rumor más fuerte. El propio intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, quien hace apenas dos semanas comentaba a este medio que Insaurralde le había dicho que se quedaba en el FpV y que él le creía, señaló ahora que el misterio que el lomense imprime a su estrategia “no está bueno”, y resaltó que “uno en política no puede ser independiente de lo que pasa alrededor, tiene que hacerse cargo; estás acá o estás allá”.
En esa cuestión, como en pocas otras, renovadores y kirchneristas parecen es-tar de acuerdo. La mitad de los primeros quiere a MI, y la otra mitad, no. Y con los segundos ocurre lo mismo. El desconcierto y la bronca, en este caso particular en el PJ, crecen de igual manera. “Tiene más chances con ellos (por el massismo); acá ya perdió, no soportamos que no diga que es kirchnerista”, afirmó a la salida del encuentro un congresal de la Quinta.
En el medio, entre los que no pegan ni abrazan, se encuentra el vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, José Ottavis. “Que yo sepa, Martín Insaurralde no ha hecho más que renunciar a su banca de Diputados, lo cual es una lástima, porque nosotros lo pensamos como diputado nacional a él y lo votamos como diputado nacional a él, pero después ninguna otra cosa”, exclamó el legislador, en referencia a un eventual pase del intendente de Lomas de Zamora al massismo.
¿Cuál es la estrategia de Insaurralde? ¿Y la del PJ? Hasta ahora, aunque no parezca, son coincidentes. Pero el mensaje de Caseros fue contundente: ni traidores, ni tibios. Las horas pasan y la indefinición del lomense es sinónimo de tibieza para los justicialistas. Los que lo quieren dice que no se fue, y los que no lo quieren dicen que no está. El final de la novela parece escrito, pero con el peronismo nunca se sabe. Jamás.