El cinismo de un gobierno que ataca la educación para ganar el poder

Por Adrián FreijoEn la provincia, si de chicos se trata, hay ciudadanos de primera y de segunda. El gobierno de Kicillof resolvió utilizar a los de Mar del Plata como ariete de una estrategia deleznable.

La directora general de Cultura y Educación bonaerense, Agustina Vila, aseguray que el regreso a  clases presenciales en el Área Metropolitana y otros distritos del interior de la provincia se llevaba a cabo «con un estricto cumplimiento de los protocolos» para evitar contagios de coronavirus y remarcó que «la prioridad es la educación».

¿Porqué esos protocolos no pueden ser utilizados para que los chicos de Mar del Plata y Batán puedan también volver a las aulas?. ¿cuál es le motivo por el que se ignoran voluntariamente los informes que en el mundo entero han concluido que la escolaridad no es fomento de contagio?.

Mientras tanto el ministro de Educación, Nicolás Trotta, celebró que, debido al «cambio de la tendencia epidemiológica» hoy regresa la presencialidad «en la mitad del territorio bonaerense». Y si bien la palabra del funcionario hoy no es muy tomada en cuenta por una sociedad que, tras su súbito cambio de postura en este tema cuando en el lapso de pocas horas pasó de defender con vehemencia la presencia de los chicos en las aulas a disponer el cierre absoluto de las escuelas, no puede pasarse por alto que lo que ahora sostiene es una mentira tan falaz como demostrable: aquel día en el que ordenó clausurar la educación presencial el índice de contagios en los distrito del conurbano que hoy retornan a las aulas era un 17% superior al actual.

Cinismo puro…

También hoy se supo que el Gobierno nacional habilitó la reanudación de las actividades en cines, teatros y salas de espectáculos de centros culturales para las zonas del país que se encuentran en «alto riesgo» epidemiológico y sanitario y en situación de «alarma», con un aforo de entre 30 y 50%. 

Bienvenida la noticia para el golpeado sector, aunque ello no sea óbice para que nos preguntemos cual es el motivo para que no sea un riesgo la concentración de un 50% de espectadores en un teatro o cine de 1.000 localidades y si lo sea en una escuela que en un alto porcentaje tiene un número de alumnos inferior a ese. Y que en todo caso podría administrar turnos y días para no superar nunca un número prudente alumnos en presencialidad.

Cinismo puro…

Iglesias y templos vuelven a los ritos con asistencia de fieles en un aforo del 30%. Bienvenida cualquier profesión de fe, que seguramente es tan necesaria para quien la milita, pero la pregunta inevitable también tiene que ver con el porque si unos y porque no otros…

Y la duda resulta inevitable: ¿será porque la Iglesia, las confesiones de todo credo, los empresarios teatrales y los artistas con acceso a los medios para presentar sus quejas tienen una capacidad de lobby que los chicos no tienen?. Tan horrible como inevitable sospecharlo…

Cinismo puro…

Entonces queda una sola conclusión y es la que nos lleva a comprender que el gobierno provincial ha dirigido esta medida con Mar del Plata en el centro de su intencionalidad. No hay otra posibilidad y hasta se debió cambiar el texto de un decreto para dejar a nuestros chicos atrapados por esta miserable maniobra que tiene aquí en la ciudad cómplices inocultables que será bueno visualizar al momento de votar y señalar cada vez que pretendan mimetizarse con la gente como un vecino más.

Los que permiten marchas, acampes y protestas de grupos y organizaciones que les responden políticamente, los que autorizan actividades a quienes desde su volumen de presión pueden hacer que se acreciente el rechazo que hoy aparece explícito a tantas medidas del gobierno central y el provincial tomadas bajo el signo de la impunidad y el privilegio, creen que cerrando las escuelas podrán direccionar el enojo social hacia sus adversarios políticos.

Se equivocan…la gente observa, entiende y sabe desde donde viene este cinismo enfermo y fanático que toma a la gente -hoy con epicentro en nuestros hijos- como carne de cañón de sus absurdas guerras inventadas.

De lo que deberán rendir cuentas ante la sociedad…