Fue uno de los más grandes goleadores de la historia de nuestro fútbol. Su presencia era imprescindible en todos los equipos locales que encararon competencias nacionales. Falleció esta tarde.
Llamarada o el Colorado; los dos apodos que fueron quedándose con el nombre Norberto con el que había sido bautizado.
Un goleador fenomenal, vivo para ubicarse en el área y con un sentido de la oportunidad que nada tenía que envidiarle a los mejores anotadores de la historia del fútbol. Eresuma fue símbolo de San Lorenzo, pero brilló también en Kimberley y en cuanto equipo local requirió de sus servicios para emprendimientos en torneos nacionales.
En la selección local dejó también estampada su rúbrica de goles y seguramente quedará en el recuerdo de todos por su entrega y pasión, pese a ser oriundo de la ciudad de Tandil. Es que Eresuma era sinónimo del fútbol local.
Su sociedad futbolera con otro exquisito goleador, Juan Domingo Loyola, pasó a la historia como una de las duplas más mortíferas y de mayor calidad que hayan pasado por los estadios marplatenses.
Sus restos serán velados en la cochería Sampietro y seguramente hasta allí se acercarán todos los que quieran rendir homenaje a este verdadero prócer del fútbol local.