En el cuarto mes del año, mientras las erogaciones del sector público crecieron a una tasa del 45% anual, los impuestos lo hicieron al 25%.
De esta manera, la diferencia entre los ingresos y gastos del gobierno marcó un récord de 20 puntos, de acuerdo a los datos difundidos ayer a la noche por el ministerio de Economía.
La consecuencia de esto fue un nuevo deterioro en el déficit fiscal, que sigue creciendo a pasos agigantados. Según las planillas oficiales, el déficit financiero fue de 24.103 millones de pesos, 5,6 veces más del que se produjo en el mismo período del 2014, en tanto el resultado primario -previo al pago de intereses de la deuda pública- arrojó un défcit de 17.949,1 millones de pesos, contra un superávit de 671,7 millones de un año atrás.
Así, en abril el rojo primario tuvo un comportamiento aún peor al del primer trimestre, cuando se había multiplicado por 25 veces.
En cuanto al acumulado en lo que va del año, el rojo fiscal en el primer cuatrimestre trepó a 81.853 millones de pesos, cuatro veces superior al saldo negativo de 19.456 millones del mismo período del año anterior.
En diálogo con LPO, el economista Luis Secco consideró estos datos una “catástrofe fiscal”. “Desde la segunda mitad del año pasado se viene viendo este deterioro, con una muy fuerte tasa de crecimiento del gasto, en este caso 15 puntos arriba de la inflación, que el gobierno lo usa preelectoralmente”, reflexionó el analista.
“Con un aumento del gasto tan grande, es imposible que no tenga repercusión sobre el déficit”, planteó Secco, y agregó que “en el corto plazo tiene repercusión sobre el consumo, porque lo que más aumentó son las partidas que representan el ingreso de otras personas como los subsidios sociales, aunque también aumentaron fuertemente los subsidios económicos”.
En ese sentido, las transferencias corrientes al sector privado crecieron al 60% anual y en abril alcanzaron los 28.043 millones de pesos, mientras que el incremento de las Prestaciones a la Seguridad Social se expandieron un 50,2%, “gracias a los aumentos automáticos previstos por la Ley de Movilidad de haberes y por los nuevos beneficios jubilatorios”, informó el Palacio de Hacienda.
El desequilibrio está obligando al gobierno a financiar ese bache con emisión monetaria y con colocaciones de deuda en pesos cada vez más frecuentes, ante los límites que impone la Carta Orgánica del Banco Central al financiamiento al Tesoro.
«El único mercado disponible es el local, que por su tamaño no tiene la capacidad de absorber toda la deuda que representaría el agujero fiscal en pesos, que hoy supera los 350 mil millones de pesos. La disponibilidad del sector privado no es ilimtada», explicó el economista.
“Hoy el déficit está en 5 puntos del PBI y seguramente termine el año más cerca del 7%”, puntualizó Secco. Por su parte, los gastos se ubican en el 50% del producto, lo que para el economista implica que «no puede seguir indefinidamente en esta magnitud, porque tiene efectos sobre la economía. Es lo que está detrás de las anclas nominales como el tipo de cambio y el deterioro macroeconómico».
“El gasto es la variable que más crece en la Argentina, arriba del 40% anual, la base monetaria al 35%, la inflación y los salarios al 28% y el tipo de cambio al 11%. Este desfasaje no se puede sostener mucho tiempo. El gobierno está jugando con fuego, porque no sólo la teoría sino también la evidencia empírica muestra que todo converge a la tasa más alta”, advirtió.
Respecto a las correcciones que deberá hacer el próximo gobierno, el especialista propuso «sacarle inercia» al gasto público y «rever su composicion, en particular los subsidios económicos».