La mesa está servida para que el plan se concrete con éxito.Los K dejarán un país quebrado pero se votará antes de la quiebra, y si luego le estalla a Scioli,Macri o Massa, les da lo mismo.
La Presidente retiene un margen de imagen positiva que tiene poca relación con la verdadera situación del país. Cualquier analista responsable puede explicar sin esfuerzo alguno que se ha entrado en una aceleración de los problemas que no permite prever otro final que no sea un estallido de la economía.
Se buscan financiamientos imposibles de afrontar, a tasas siderales que ningún país del mundo va a pagar. Se manotea lo poco que queda en las cajas con la sola intención de aumentar el gasto social, generar una falsa imagen de consumo creciente y en definitiva patear para adelante los problemas de fondo que deberían afrontarse con urgencia.
Ahora se resuelve entregar resortes estratégicos de nuestra economía a Rusia y China a cambio de asistencia financiera para llegar a la meta como sea. Y por supuesto, algunos negocios personales de la familia presidencial y De Vido.
La Argentina está al borde de la quiebra pero queda margen para que ello le pase al gobierno que asuma luego de diciembre.
Ni siquiera frena esta locura del kirchnerismo la posibilidad cierta de que Daniel Scioli sea el próximo presidente. Por el contrario, en las mentes más febriles del núcleo oficialista, crece la convicción de que una explosión en la cara del motonauta representaría un retorno más rápido al poder. Ponen el ejemplo de Eduardo Duhalde, elegido por la Asamblea Legislativa para asumir la primera magistratura tras la crisis del 2001.
Y creen que a Scioli lo pueden «dirigir hacia el abismo» con menos trabajo que a cualquiera de los otros presidenciables. Luego…Cristina.
Por eso van a gastar hasta lo que no tienen para mantener un consumo ficticio y también han resuelto apoyar al gobernador bonaerense para que consiga su sueño vacío de ser presidente. Es claro que no sabe lo que le espera.
Hay una trampa elaborada y los opositores no consiguen desarmarla: la economía no revienta antes de las urnas, y entonces el resultado puede ser favorable al Frente para la Victoria.
El día después no es un tema que interese hoy día al FpV.