Un lugar con amor y apoyo para gente en situación de calle

Desde diciembre de 2007, durante los 365 días del año funciona un hogar para gente en situación de calle, se llama “Nazaret” y depende de Cáritas Mar del Plata.

Ubicado en Balcarce 5036, desarrolla sus actividades con la capacidad completa, ya que hay 60 personas -entre mujeres y hombres – que diariamente se alojan allí. De 18 a 8 de la mañana siguiente, los “huéspedes” meriendan, se duchan, lavan su ropa, cenan y pueden descansar tranquilos, por la mañana desayunan y vuelven a su actividad cotidiana. Es el único lugar en Mar del Plata que presta este servicio de esta manera y durante todo el año.

“Las personas llegan porque se enteran que está el hogar, están en condición de calle, algunos derivados de las parroquias que salen con la ‘Noche de la Caridad’ -otra iniciativa solidaria de la Iglesia Católica que desde el año 2001 todas las noches del año asiste con 240 viandas a las personas de la calle-, también de la Municipalidad nos envían gente. El hogar ya es conocido, y cuando alguien ve que hay personas en situación de calle los envían para acá”, manifestó Mirta Salas, responsable del hogar “Nazaret”.

“Tenemos profesionales trabajando con nosotros, una trabajadora social y una psicóloga. Ellas nos ayudan con el seguimiento de la gente, a cada persona que ingresa lo entrevistan y ponen un plan de trabajo para el transcurso de la estadía del albergado y con un seguimiento que ellas mismas realizan”, resaltó Salas. El hogar es transitorio, porque el objetivo es que las personas puedan reinsertarse social, familiar y laboralmente. “Ya han pasado 5000 personas por aquí desde diciembre de 2007. Por supuesto que todos tienen distintos tiempos, pero se notan los cambios, con las profesionales se sienten escuchados, y atendidos, los ayudan en trámites, como por ejemplo hacer un documento. Se sienten más acompañados y respaldados. Ellas vienen de lunes a jueves, la gente las busca, las conocen, y vienen a charlar”, explicó la responsable del hogar.

El sostenimiento económico del hogar lo realiza casi en su totalidad Cáritas Mar del Plata. También hay un subsidio mensual de la Municipalidad de General Pueyrredón “que lamentablemente nunca se recibe en tiempo y forma -en 2015 aún no se ha recibido ningún aporte-; y contamos con la solidaridad de la gente que dona mercadería y siempre están ayudando”, manifestó Salas.

¿Cómo colaborar con el hogar?

«Las necesidades del hogar son como las de una casa, desde elementos de higiene personal para hombres y mujeres; lo que se necesita para tomar una merienda, leche, azúcar, mate cocido, té, y cuando tengo les puedo dar chocolate ahora que empieza a hacer más frío. También para la cena, hacemos guiso que es lo que más rinde. Fruta no les podemos dar porque no tenemos donación y sería bueno que pudieran tener postre alguna vez». detalló Mirta Salas. Luego agregó que le gustaría festejar los cumpleaños aunque sea una vez por mes, «hemos tenido momentos en que ha venido un grupo aunque sea una vez al mes, pero el voluntariado a veces decae y nos quedamos sin el festejo».

«También queremos terminar de pagar la obra del techo, que se rompió hace ya dos años. Si bien la obra se hizo, hay que terminar de pagarla y siempre tenemos los bonos de veinte pesos para vender a la gente que quiera colaborar», puntualizó la responsable.

En primera persona: Mirta Salas

«Como mujer me respetan mucho, me cuidan entre ellos. Creo que yo trabajo como si fuera la mamá, es lo que sé hacer, como toda mujer, el instinto de madre lo tenemos dentro, más las que lo somos. Desde ahí trabajo, ayudo, aconsejo, si tengo que retar o poner un límite desde ahí lo pongo. Muchas veces es lo que les hace falta, hasta el momento da resultado», manifiesta Mirta Salas sobre su rol como mujer y responsable del hogar, donde la mayoría son hombres.

«Cuesta cargarse tantas mochilas, hay que aprender a escuchar y ayudar, porque si te desmoronas con ellos no podes hacer nada. Como les digo a todos, no podemos volver el tiempo atrás, ojalá pudiéramos solucionar las cuestiones y después venimos acá y está todo bien. Es de ahora en más, tratar de perdonar, desde el corazón arrancar desde cero porque los vínculos, la familia, los afectos son lo que lo van a sacar. Al perderlos, muchos entran en adicciones, ocupan ese espacio que está vacío en otras cosas: droga, alcohol, juego… Hay cuestiones gratificantes cuando sabes que salen, salen bien y vuelven a saludar o a ayudar, o a mostrarte el hijo porque se casaron y tuvieron uno».

Algunos de los protagonistas: Franco, Javier y Mary

Franco tiene 18 años, es de Junín y llegó al hogar hace casi un mes. «Estoy solo acá y luchándola. Lo veo como mi casa, pero sé que es temporal no es eterno, ya en estos días estoy rebuscándomela para alquilarme algo. Está lindo, te atienden bien, te dan de comer, no es lo mismo que dormir en la calle te dan un techo, tenés contención con la gente, me hablo con todos los compañeros que están acá, nos llevamos bien».

«Me parece bueno que haya un lugar así, un refugio que pueda venir la gente que está en la calle, está bueno porque es feo vivir en la calle, y morirse de frío. Yo he dormido muchas veces en Junín en la plaza, sin frazada, sin nada, desde los 15 años estoy en la calle, y es feo no se lo deseo a nadie. Me vine a Mar del Plata para conseguir un futuro, y se ve que lo voy a conseguir, ahora me van a avisar para ayudante de plomería, o para el puerto, para los barcos. Si no hubiese conocido este lugar, estos días que estoy acá los hubiese pasado en la calle, con frío, sin bañarme, enfermo, porque te enfermas en la calle. Y bueno agradezco mucho a la gente de Cáritas», manifestó Franco.

«Llegué hace unas semanas al hogar quedé en situación de calle porque perdí mi documentación y todo lo que tenía, y me ví obligado a venir. El hogar es tranquilo puedes pegarte un duchazo, lavar algo de ropa, comerte un plato caliente y puedes dormir tranquilo, porque llega la hora del silencio y duermes hasta las 6.30», expresó Javier, colombiano, de 43 años.

«Creo que voy a salir, me están ayudando y a ver qué pasa conmigo. Amaia, -la trabajadora social del hogar- me está ayudando a armar un currículum con lo que he trabajado. Acá te colaboran en lo que pueden, te dan todo limpio, te consienten…te consiguen zapatos, ropa interior, medias», señaló Javier.

Por último Mary, tiene 75 años, contó su historia, «llegué porque yo iba a buscar la “Noche de la Caridad”, dormí en la calle muchos años y ellos me trajeron acá, en coche. Estuve un tiempo colaboraba con el hogar, sí me gustó. Después me fui otra vez, porque aparentemente era algo que estaba acostumbrada. Dormía con un pedazo de cartón y un plástico en los pies, nunca usé frazada ni colchón. Así después volví al hogar otra vez, empecé a colaborar con el hogar, estoy muy tranquila, colaboro para ayudar. Estoy contenta, muy contenta -repite-. Principalmente de que me permiten colaborar, me gusta, porque no me aburro».