Por Adrián Freijo – Se vienen momentos de tensión por el avance de la segunda ola y la necesidad de tomar medidas poco simpáticas. Y en La Plata resolvieron que Mar del Plata sea el campo de batalla.
Axel Kicillof resolvió que el intendente marplatense Guillermo Montenegro va a ser el blanco en el que se concentre toda la capacidad de fuego de su gobierno sobre los municipios gobernados por la oposición.
No solo el volumen e impacto que supone General Pueyrredón ha sido lo que lo movió a decidir en ese sentido sino, y sobre todo, el crecimiento que el jefe comunal local ha tenido en los últimos meses como vector de decisión dentro del PRO a nivel provincial. Hoy Montenegro es figura clave de la estrategia partidaria para hacer crecer el poder de decisión de Buenos Aires y convertirse en el fiel de la balanza entre las aspiraciones de la dupla Larreta-Vidal y la negativa de Mauricio Macri en tomar, al menos por un tiempo, una distancia que ayude a los suyos a insistir en la línea anti grieta que él, junto con Cristina, representan como nadie.
«Me parece que Montenegro en política es un hombre que se mueve siempre en una frontera de ambigüedad, que no confronta plenamente, pero a veces tensiona. A mí me parece innecesario y un punto de inmadurez» disparó el gobernador en declaraciones a un medio marplatense. Sin dejar de reconocer que también ha podido trabajar constructivamente con el intendente, Axel dejó así en claro que se dispone a confrontar con él y subirlo al ring como un rival a vencer.
Por supuesto que los dichos del gobernador despertaron en más de uno una sonrisa: si alguien se ha caracterizado por la ambigüedad en este tiempo, aunque se esfuerce en disimularla con sus kilométricos discursos en los que transita toda la gama posible de alternativas, es el mandamás provincial.
Que además suele enviar a su gente en el Concejo Deliberante a trabar cualquier iniciativa del gobierno comunal, desgranar discursos durísimos contra la administración y apostar al fracaso de las iniciativas como única vía para posicionarse electoralmente de cara a octubre. Aunque en los últimos meses sus propias diferencias internas lo hayan dejado más de una vez al desnudo ante la sociedad…
Formado en la vereda del materialismo dialéctico Kicillof no puede eludir su natural tendencia a resolver todo en el terreno de las ideologías. «Me parece que este último tiempo lo que observo es que reaparecieron los exponentes salvajes de la oposición, aquellos que lo que quieren hacer es ser opositor inoxidable, a toda prueba, siempre oponerse».
Y no contento con eso se zambulle en un cenagoso lago de conclusiones que más allá del aturullo indican la búsqueda de un «divide y reinarás» cuyas consecuencias no quedan muy claras…
«Hay una diferencia entre los radicales y los del PRO en el trato y en el manejo. No sé si porque serán yrigoyenistas, desarrollistas… Los que tienen concepciones en su ideario del radicalismo desarrollista, yrigoyenista, sabemos que tienen una coincidencia en lo nacional, hasta en lo popular, en lo productivo. En tanto la ideología del Pro es muy difícil de caracterizar, porque el PRO tiene un discurso basado en encuestas, que es decir lo que la gente o algún sector quiere oír, y después en la práctica cuando fueron gobierno eran un gobierno tremendamente neoliberal ortodoxo».
¿Busca el gobernador seducir y acercar a los radicales?, ¿corre entonces el riesgo de empujar peronistas hacia las orillas de Juntos por el Cambio?…¿o simplemente cae en la ambigüedad que intenta criticar en Montenegro?.
Es difícil caracterizar a Kicillof -tan difícil como a él le resulta hacer equilibrio entre su jefa natural y el ocupante de la Casa Rosada- pero no lo es tanto concluir que ha elegido Mar del Plata para dar la batalla central de cara a octubre y que sus asesores analizan que el nuestro es el distrito a poner de rodillas si se quiere recuperar presencia en el interior bonaerense, algo que las encuestas comienzan a mostrar que puede ser determinante ante alguna pérdida de apoyos en el populoso conurbano.
Y como estas estrategias se miden en medidas concretas…tal vez ha llegado el momento de estar muy atentos a lo que se resuelva en la ciudad de las diagonales.