El municipio controla excesos y le deja un mensaje claro a Provincia

RedacciónDesde la municipalidad solicitaron a la provincia, a través del Consorcio Punta Mogotes, que intervenga en los excesos del Balneario 12 y se clausuró un bailable en Playa Grande.

Ayer hablábamos del caso del Balneario 12 en el sector de Punta Mogotes en el que se hacían fiestas que desconocían peligrosamente las limitaciones sanitarias vigentes y que además eran promocionadas por las redes sociales en abierto desafío a las autoridades.

La viralización de fotos y videos del lugar daban cuenta de un descontrol absoluto que sin embargo no encontraba límite alguno en quienes administran la zona y que dependen mayoritariamente del gobierno provincial.

La Municipalidad de General Pueyrredon, a través de la Secretaría de Seguridad, le pidió formalmente al Consorcio de Punta Mogotes que intervenga luego de las imágenes que se difundieron de un evento en el Balneario 12 con mucha gente, sin distanciamiento ni ninguna medida de prevención sanitaria.

La carta lleva la firma del secretario de Seguridad, Horacio García, y está dirigida al administrador del Consorcio, Gastón Vita, a quien le pide que “tenga a bien verificar las precisas circunstancias de las mismas y, eventualmente, adoptar las medidas que por derecho correspondan”.

El propio coordinador del gabinete municipal Alejandro Rabinovich sostuvo esta mañana en Radio Brisas que «se equivocan los que piensan que porque Punta Mogotes depende del gobierno provincial, que es de otro color político, nosotros no vamos a intervenir o pueden hacer lo que quieran» para agregar que «esta persona puede llegar a perder el balneario por no cumplir los protocolos»

A las pocas horas llegó la respuesta de los funcionarios con sede en La Plata: la Provincia clausuró esta madrugada a un boliche de Playa Grande y desalojó a las 400 personas que se encontraban en el lugar.

La medida tuvo lugar en las primeras horas de este lunes, luego de que agentes de la cartera provincial constataran que el boliche “Quba”, ubicado en la escollera norte de la ciudad, estaba permitiendo el ingreso de personas después del horario permitido de las 2 am.

La acción del municipio aceleró la intervención provincial, que venía con algunas sugestivas demoras y omisiones, en un contexto en el que no pocos sospechan que desde algún sector político se podría estar especulando con generar un escenario de descontrol para acusar al gobierno local de ineficiencia. Algo que de ser cierto ahora quedaría neutralizado.

Y ahora, en una colaboración real o forzada, ambas jurisdicciones trabajan en el control de las eventuales fiestas clandestinas que pudiesen estar siendo planificadas. Sobre aquellos empresarios que usen sus locales para estas actividades el propio Rabinovich afirmó que de ser detectados, «no podrán abrir en todo el verano».

Una forma clara y rápida de poner las cosas en su lugar desde el inicio mismo de este tiempo distinto de verano.