La decisión de Cristina obliga a cambiemos a cambiar su estrategia y, junto con el desplazamiento de Durán Barba, se dispuso concentrar el esfuerzo en algunos centros urbanos entre los que destaca Mar del Plata.
Si ya existía preocupación en Cambiemos por los números que las encuestas acercaban diariamente, el volantazo que Cristina Fernández imprimió a la realidad argentina convirtió esa alarma en una clara señal de peligro. La posible apertura del peronismo hacia las clases medias -en el gobierno nadie duda que este ha sido un primer y sólido paso hacia la unidad del peronismo- representa para Mauricio Macri y sus aspiraciones una puñalada asestada al corazón del proyecto. Y le da la razón a María Eugenia Vidal quien desde hace mucho tiempo viene insistiendo en la necesidad de «peronizar» el proyecto, o al menos el lenguaje, para disputar territorio social a un justicialismo que se alimenta del desencanto popular.

Macri ya no confía en Duran Barba ni en Marcos Peña
La falta de previsión de lo que se venía, imputable a la soberbia e inexperiencia de quienes junto al presidente suponen hacer política, ha generado una verdadera explosión interna en el gobierno que ya tiene sus primeras víctimas: Jaime Durán Barba ha sido «desterrado» lejos del escenario, Marcos Peña ya no es la única voz escuchada y ha tomado el centro de la escena un personaje que en silencio ha venido creciendo en forma imparable en la consideración de quienes hace rato quieren sacarse de encima al dúo todopoderoso que hasta ahora marcaba el paso estratégico oficial.
El sociólogo español Roberto Zapata es el integrante más respetado del equipo del ecuatoriano y si bien reside en el exterior y sus intervenciones son muy esporádicas en las cumbres macristas, sus estudios son muy esperados en la Casa Rosada. En el laboratorio electoral de Pro admiran la claridad para traducir los resultados de sus investigaciones. Su aporte es fundamental para definir el perfil del votante. Es decir, cómo piensa el nuevo elector, sus intereses y necesidades. «Anticipa tendencias porque analiza fenómenos subyacentes. Es un placer escucharlo», apunta un funcionario, fascinado con su labor.
Zapata, que estudió en la Universidad Complutense de Madrid y trabajó en la revista religiosa Vida Nueva, se ocupa de los focus groups, que ahora adquieren vital importancia por la necesidad de correr contra el tiempo en el nuevo escenario que además se presenta cada vez más hostil.
En los grandes centros urbanos de la provincia la figura de Vidal parece ahora incapaz de retener un caudal de votos determinante si de triunfar se trata. Aquellos tiempos en los que Mar del Plata, Bahía Blanca o La Plata eran suficientes para neutralizar las palizas electorales en el conurbano ya parecen haber quedado atrás.

La versión dura de Zorro Uno vuelve a ser tentadora para Cambiemos
Por eso el psicoanalista español centrará esta vez sus estudios en ciudades como Mar del Plata, La Plata y la ciudad de Buenos Aires, y en otros distritos bonaerenses. Y en nuestra ciudad se dice que su opinión fue fundamental para evitar la salida -voluntaria o promovida- de Carlos Fernando Arroyo de las filas de Cambiemos. Según los trabajos de Zapata el caudal de votos del actual intendente, que no superan un 7 ú 8%, estarán en el espacio en el que él compita sin importar quienes serán sus otros integrantes. Para ser claros, donde Arroyo vaya irán sus electores; por eso el profesional aconseja llegar a un acuerdo que le de lugares en la lista a su hijo y colaboradores directos para evitar que tras una PASO que lo deje fuera de carrera pueda retacear su apoyo o, lo que sería peor, ponerse en la vereda de enfrente del gobierno.
Además el jefe comunal encarna como nadie «el tono de campaña» que Zapata sugiere para lo que viene. El enojo, como forma de comunicación política, también surgió como respuesta a los primeros resultados de las encuestas cualitativas que encaró.
Aunque los resultados finales no fueron buenos, las primeras pinceladas pudieron mostrar que en el electorado se mostraba “debilidad” e “incapacidad” en el presidente. Debilidad por la crisis económica e incapacidad para resolver los problemas.

Cuando todo parecía depender del «dedo» de Vidal
Ya no alcanzaría entonces con el esfuerzo por mostrar pertenencia de Guillermo Montenegro, la moderación institucionalista de Maxi Abad o el populismo tradicional de Vilma Baragiola. La furia de Zorro Uno vuelve entonces a cotizar en bolsa…
Sobre todo si la jugada de Cristina tiene como objetivo final un acuerdo con el peronismo que derive en una fórmula que contenga a Roberto Lavagna, a Sergio Massa y todos bajo el paraguas de un Juan Schiaretti cada vez más activo en el escenario interno que intentará evitar el drenaje de los gobernadores amigos hacia el nuevo armado. Y lo hará poniendo sobre la mesa una carta ganadora: juntos obligan a la ex presidente a ceder mucho más en un hipotético armado de listas conjuntas.
Y que en nuestra ciudad podría sumar en un gran frente -o en una impactante PASO- a Gustavo Pulti, a Ariel Ciano, a Fernanda Raverta junto con sectores moderados del socialismo, del GEN y de otros sectores capaces de poner en jaque al proyecto de Cambiemos en la ciudad.
Roberto Zapata se instalará esta semana en Mar del Plata y desde aquí organizará el trabajo de seguimiento que permitirá tomar las decisiones estratégicas de cara al nuevo escenario. Como siempre viajará solo, se alojará en algún lugar lejos del ruido mediático y desplegará rápidamente sus equipos técnicos para tener antes del viernes el primer resultado para saber hacia dónde arrancar. Sabe que Mar del Plata es un conglomerado a rescatar pero deja a los entendidos las decisiones políticas; lo que le aseguraron es que esta vez se tomarán en base a los resultados de sus estudios.
Ya no hay tiempo para otra cosa…