(Por Dimas J. Pettineroli) – En mi cabeza Obama ya vino. Habrá protestas, que son indispensables para darle color a una visita presidencial norteamericana en cualquier país del mundo.
Se quemara alguna bandera USA y Hebe, los K, los artistas mercenarios y afines, dirán barbaridades. Eso tiene vigencia de un rato. Obama ni lo registra. Son anécdotas necesarias. Si no lo putean será símbolo de intrascendencia.
Los Kirchner no pudieron cumplir el sueño dorado de ser recibidos en la Casa Blanca. Por eso su resentimiento y bronca permanente.
Me ocuparé imaginar el “Día Después de Obama”.
Veo un país motivado, que comienza a ver el beneficio de haber cambiado el signo ideológico del gobierno argentino. Sentirán que, como se los dije hace tiempo, el Presidente de USA no hacen visitas con las manos vacías. Y aquí estará con 400 hambrientos empresarios deseosos de volver a hacer negocios con nuestro país.
Es bueno que vengan de Cuba para ver el contraste y certificar que Argentina es un país de primera con todo por hacerse. Y con talento humano, en tos las artes y ciencias, de primer mundo. Y algo importante: con ganas de hacer en su país.
Veo a un Macri fortalecido nacional y continentalmente, con el rol adicional de ser abanderado de la democracia plena, al estilo norteamericano, en Latinoamérica. El reto es tentador. Los riesgos con muchos. Creo que si abre el juego con líderes de los partidos y entidades que lo apoyan, aunque sea condicionalmente, estaremos frente a un fenómeno en político inédito en la Argentina.
Apuesto a un GRAN DÍA ARGENTINO DESPUÉS DE OBAMA.
Amanecerá y veremos