El peronismo marplatense y dos convocatorias para el «Día del Militante»

Marcando una creciente división, que recoge el malestar de un sector del peronismo local con los manejos del Frente de Todos, la ciudad tendrá dos convocatorias par recordar un día emblemático.

El 17 de noviembre de 1972, día del retorno del Gral. Juan Domingo Perón a la Argentina, el peronismo estaba dividido, enfrentado y ya velando las armas para un enfrentamiento que sumiría al país en la hora más sangrienta de su historia.

La convocatoria del Frente de Agrupaciones Peronistas

Hoy, con otras características y una notoria ausencia de liderazgos excluyentes, aquellas divisiones siguen vigentes y este Día del Militante -decretado en recordación de aquella jornada histórica- encuentra al movimiento con las mismas diferencias y contrastes de entonces. Ni los años, ni la persecución a la que fue sometido durante la etapa de la dictadura, ni las necesidades de la gente y ni siquiera el ejercicio reiterado del poder con la consecuente deuda que hoy tiene frente a una sociedad empobrecido y angustiada, fueron acicate suficiente para conseguir una unidad que ya parece imposible de cara al futuro.

Y Mar del Plata no es la excepción. La actitud excluyente que surge desde el Frente de Todos -aquella que lo llevó a perder las últimas elecciones por negarse a constituir una alianza con quienes aseguraban la cantidad de votos para un cómodo triunfo y solo pedían el derecho a dirimir candidaturas en una PASO ajustada a la ley electoral del país- vuelve a ser motivo de crítica y división y logra que desde el creciente Frente de Agrupaciones Peronistas se lleve a cabo otra convocatoria que en este caso, tiene como epicentro el monumento que recuerda la memoria de quien se supone se está homenajeando.

El llamado del Frente de Todos

Y que pareciera comprender con mayor amplitud la última consigna del viejo líder cuando sostuvo que la unidad en la diversidad y el respeto a los que piensan distinto era la única forma de sacar al país adelante. Claro que los que hoy se niegan a ese encuentro son justamente los que se plantean como la continuidad de aquellos a los que el propio Perón expulsó de la plaza en 1° de mayo de 1974 acusándolos de no representar ni interpretar el pensamiento del movimiento ni la hora que se estaba viviendo.

Una jornada de divisiones. algo que se repite en todo el país, y que es presagio de una larga e inevitable lucha entre quienes buscan rescatar las banderas históricas del peronismo y el espíritu final de su fundador y quienes, como en tantas otras ocasiones, buscan en falsos liderazgos y paradigmas lograr el viejo y tortuoso sueño de un «peronismo sin Perón».