María Eugenia Vidal consiguió su ansiado presupuesto, aunque la poda a su planteo de necesidades superó los $ 40.000 millones. En su entorno evalúan el costo de esta «victoria» que parece pírrica.
El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el costo de miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla, dijo «Otra victoria como ésta y volveré solo a casa».
En nuestra historia la batalla de La Vuelta de Obligado (1845) es otro ejemplo delo «ganar para perder» ya que la victoria anglo francesa resultó pírrica: tanto la decisión de las fuerzas defensoras, como las complicaciones que imponía el sinuoso cauce del Paraná a la navegación, hacían excesivamente costoso intentar nuevamente la navegación del mismo en contra de la voluntad del gobierno argentino. Pese a haber logrado el objetivo de pasar río arriba los invasores debieron dar la vuela y abandonar su intento.
[Tweet «Presupuesto: Vidal quedó peligrosamente cerca de las esquirlas peronistas»]
Algo así puede estar pasando en estas horas por la cabeza de la gobernadora, quien cometió el grave error de contar equivocadamente y llegar a la conclusión de que con los votos del massismo y las necesidades de los intendentes le iba a ser suficiente para lograr el imprescindible instrumento de gobierno.
Su escaso conocimiento de este terreno tan diferente como inescrutable que es la provincia -y seguramente un mal asesoramiento de sus allegados más influyentes- le impidió entender la necesidad de sentarse y negociar con los caciques territoriales y no «suponer» lo que estos iba a hacer.
Y así nació el fracaso original, en aquella sesión en la que La Cámpora le asestó la primera derrota importante de su tiempo bonaerense.
[Tweet «¿Nadie le avisó a Vidal que con el peronismo no puede cometerse el pecado de suponer?»]
A partir de ahí, ya con todos sentados en torno a una mesa, se logró destrabar la cuestión y ayer, por fin, el presupuesto fue convertido en ley aunque para ello Vidal haya tenido que aceptar una fuerte quita en el endeudamiento -lo que deja al Banco provincia en estado técnico de quiebra, ya que $30.000 millones iban en su salvataje– y una suba en los fondos directos a las municipalidades, que llegarán ahora a los $10.000 millones, un 20% más de lo previsto en la primera y rechazada versión.
Un mensaje preocupante para algunos municipios grandes del interior, entre los que se encuentra el nuestro, que no podrán contar con fondos que les habían sido prometidos y que ahora quedan perdidos en el recorte.
[Tweet «Presupuesto: los grandes perdedores son los municipios del interior; no habrá fondos para ellos»]
Políticamente también el costo puede ser alto. Vidal, mal que le pese, es hoy rehén del massismo y en gran medida del sector peronista no camporista que anoche la apoyó. El peronismo hará valer su carácter de garante de la gobernabilidad y ello puede convertirse en un serio problema para la gobernadora en los tiempos que vienen.
¿Pudo evitarse?. Por cierto que sí; solo bastaba con reunirse con los intendentes antes, y no después, de pretender la aprobación de la ley.
Son aprendizajes y son errores. Y ambos tienen consecuencias que ahora deberá afrontar la administración central. La propi división del peronismo puede no ser una tan buena noticia: el heterogéneo partido suele salpicar con sus peleas a todos los que estén cerca; y el gobierno de Vidal ahora lo tiene parado en su misma baldosa.
¿Nadie le dijo lo complicada que es la vida política en un distrito en el que el peronismo, en todas sus variantes, gobernó durante tres décadas?
Parece que no; y como Pirro la joven gobernadora «ganó» pero perdió parte de su ejército.