Guillermo Blanco no parece muy dispuesto a construir puentes de convivencia cívica y en sus acalorados embates se convierte en un ejemplo vivo de lo que no debe ser. Una lástima y un papelón.
Mucho se criticó al funcionario por sus extemporáneas vacaciones en los EEUU. Mar del Plata padecía el embate de la Gripe A, dos personas habían perdido la vida por dicha enfermedad y él mismo se había encargado de recorrer los medios para dar cuenta de lo que juzgaba un estado calamitoso del sistema de salud municipal, por culpa de la anterior administración.
¿Era entonces el momento de irse?, ¿vale como excusa se afirmación de que»los pasajes me los pago yo, los días que no trabajo se descuentan de mi sueldo”?, ¿es ese el sentido del servicio público?.
Por cierto que no; supeditarlo a una ecuación económica que prioriza aquello que un funcionario puede hacer con su dinero es no entender que en el momento del «si juro» ya no hay otra prioridad que el desempeño del cargo ni otra obligación que honrarlo.
Para ahondar su confusión -y en una por interpretación de aquello de que la mejor defensa es un buen ataque- Blanco la emprende con grosería y pobre sustento contra sus críticos. “Los que tienen que dar explicaciones son los de la oposición”, puntualizó: “el concejal Gutiérrez que dé explicaciones de por qué su partido escondía plata en los monasterios, el concejal Fiorini no sabe poner ni una curita y el concejal Ferro que explique todo lo que malversó de fondos públicos con su partido. Además que explique por qué dejó los centros de salud destruidos y también que explique qué hizo con la plata de la sala de salud de Batán y del centro Nº1”.
Mandobles de histeria que no tienen ni pie ni cabeza. ¿Porqué habría Fiorini de saber como se pone una curita?, ¿que vinculación tiene Gutierrez con los desaguisados de López y sus bolsos voladores?, y si Blanco conoce algún negocio non sancto del concejal Ferro se nos ocurre que debería concurrir a la justicia y no esperar a sentirse ofendido para denunciarlo.
Por ahora la cuestión es clara: son tres concejales de la oposición y por tanto tienen todo el derecho a criticar, pedir explicaciones y exigir que el funcionario rinda cuenta de sus actos.Descalificarlos por ello es no entender como funciona el sistema democrático.
Todo muy pobre; tan berreta como las fotos enviadas desde el país del norte para «demostrar» que estaba estudiando el sistema de salud.
Pero suficiente para que entendamos cuales son las responsabilidades de alguien que acepta un cargo público de semejante responsabilidad (la salud lo es) y que es lo que no debe hacerse si lo que se busca es el bien común y la convivencia civilizada.
Sería bueno que reflexionara y sacara, al menos una vez, conclusiones acertadas.