Escribe Adrián Freijo – Enojada, sin disimularlo y tratando de ser lo más taxativa posible, la gobernadora dejó en claro que tiene las armas aprestadas para la batalla. Crece su liderazgo interno.
El cotillón, las caras de «cajita feliz» y las buenas noticias comienzan a ser ingredientes discutibles dentro del Pro. Un grupo más duro plantea dar a conocer la pesada herencia antes de que se agote el crédito, mientras que el jefe de gabinete, Marcos Peña, impone la idea de no “dramatizar” la realidad.
La posición del Jefe de Gabinete encuentra por estas horas una fuerte resistencia en la figura de María Eugenia Vidal. Y es que la gobernadora -impactada por el grado de destrucción administrativa y moral encontrado en la provincia que hasta hace poco gobernaba Daniel Scioli- se ha convencido de la necesidad de salir rápidamente a mostrar a la sociedad la magnitud del desastre recibido. Cree que el tiempo que viene va a ser mucho más difícil de lo esperado y desconfía de la memoria común de los argentinos.
Tal vez por eso su silencio de casi 48 hs.a partir del momento en el que los condenados por el triple crimen de General Rodriguez abandonaron cómodamente el penal y se perdieron en la noche sin que nadie atinase siquiera a avisar la novedad hasta dos horas después.
Y seguramente por eso la extrema dureza con la que luego apareció ante las cámaras, dejando por sentado que no existe otra posibilidad que la complicidad institucional para semejante escape.
Cualquiera sea entonces el resultado de la búsqueda, la herida abierta en las cercanías de Macri amenaza con ampliarse y profundizarse. «Halcones y Palomas», como en tantas otras etapas políticas argentinas, ya está de vuelta entre nosotros. Y el presidente no va a poder evitar tener que elegir entre una y otra postura, porque aún no siendo su estilo sabe que lo que los primeros sostienen tiene mucho que ver con la realidad y los tentáculos de un kirchnerismo decidido a volver al poder cuanto antes y detentando todavía grandes porciones de manejo en todos los estamentos del estado. Y sobre todo en las fuerzas de seguridad.
Los hechos parecen estar dándoles la razón.