Trabajaba como profesora de danza en Mar del Plata, pero se cansó de no poder progresar y se animó a darle un giro inesperado a su vida. Se fue a Francia para trabajar en el rubro hotelero por primera vez.
La marplatense Carla Benedetti desembarcó en Bastia, un lugar muy especial que se candidatea para ser ciudad europea de la cultura en el 2028. Empezó de nuevo a los 48 años y ya recorrió distintos lugares para trabajar y poder desarrollar su arte de manera independiente en su tiempo libre.
«Tenía que empezar de cero porque era muy difícil la vida en Mar del Plata. Desde la vocación bien, pero económicamente no podía más. Como manejo idiomas, decidí venirme a Francia y trabajar como recepcionista en un hotel. Encontré esa veta de trabajar en temporada», contó Carla desde Europa en el programa Un Lugar en el Mundo.
«Arranqué en una estación de ski muy importante, estuve seis meses en la montaña con frío en la nieve, pero en un hotel 4 estrellas. De ahí salté a la otra punta de Francia y me fui a Bretaña. La gente es muy amable. Pasé un verano divino. Hasta me pude hacer una escapada de fin de semana a París», recordó sobre sus primeros tiempos de inmigrante.
«Había estudiado en Miami, volví a Argentina, estuve en Paratí (Brasil), pero cuando me fui a Francia pensé en quedarme por una cuestión de supervivencia. Y tuve altibajos, pero esta vez no me rendí. En Mar del Plata cerré mi capítulo con la danza dando clases ad honorem», rememoró.
Aunque muchos creen que emigrar es sólo para los jóvenes, Carla se animó a hacerlo dejando atrás su camino ya recorrido: «Mi vida no funcionaba en Mar del Plata. Lamentablemente. Y llega un momento en el que una ya no puede mirar para atrás. Acá me dicen que tengo bastante coraje. Esa valentía. Las ganas de creer en mí misma. Creer que tengo la capacidad y la energía de cambiar mi vida«.
La oportunidad llegó a través de una empresa que buscaba gente para trabajar en Europa sin importar la edad. «Mi amiga Soledad me contó de una agencia que estaba tomando personal para hotelería y restauración. Francia te da mucho. Es un país que funciona de maravilla. Se trabaja no más de 40 horas semanales. Te cuidan. Te dan una base material que a mí me permitió crear con más tranquilidad».
El único requisito fundamental es tener pasaporte europeo que les permite a los extranjeros acceder a opciones laborales muy favorables. Carla consiguió su oportunidad a través de una agencia que se llama Betanbauer, con sede en la ciudad de Córdoba. Y también existe la opción de tramitar la visa de trabajo por un año para quienes no tienen ciudadanía europea. «Es una agencia muy seria. Estoy muy agradecida porque eso me ayudó a arrancar. Después con el tiempo ya me puse más canchera y sabía dónde buscar trabajo», comentó.
Convencida de haber tomado las riendas de su propia vida, la bailarina y profe de danza que emigró a Francia remarcó que «venir a Europa a trabajar unos meses da la posibildiad de ahorrar, nadie te hace trabajar más de lo que tenés que trabajar, hacés la experiencia, conocés gente de otros lados. Se trabaja con mucha dignidad. Se respetan los horarios, los aportes, hay mucho respeto en este país. Te reencontrás a vos misma. Me tuve que ir de mi país para vivir con dignidad».
Escuchá la nota con Carla Benedetti en Un Lugar en el Mundo por Radio Brisas