Lucas Fiorini asegura que la falta de estrategias claras y la costumbre de «acumular nombres en vez de ideas» tuvo mucho que ver con su salida. Y parece que no se equivoca.
Sergio Massa no está pasando por su mejor momento. Al fracaso que hasta ahora marca su búsqueda de evitar la polarización entre el peronismo y Cambiemos, se suma una constante sangría en sus filas, generalmente con destino al inmenso paraguas que hoy representa María Eugenia Vidal.
Y lo que ya no llama la atención es que la mayoría de los «transfugas» (según el diccionario de la RAE: persona que pasa huyendo de una parte a otra) es que todos se quejan de la conducción del hombre del Tigre. Al parecer nadie siente que los méritos de militancia o los antecedentes tengan algún valor frente a un conductor que, encuestas en mano, elige siempre por aquel que cree le llevará más agua al molino de sus expectativas personales.
«Y lo peor de todo es que casi siempre se equivoca» decía por estas horas uno de los dirigentes más encumbrados del espacio, que llegó a ocupar alguno de los cargos más altos en la provincia y del que hace bastante se rumorea que también estaría por armar las valijas.
Y Mar del Plata no podía ser la excepción. Las tres encuestas que están dando vueltas por estos días -dos de consultoras lugareñas y otra de una de las tres más importantes del país- dejan en claro que «las deslumbrantes incorporaciones de Sergio» poco y nada aportan a un verdadero crecimiento del Frente en la ciudad y mucho menos en la Quinta.
Ariel Ciano no mide, al menos por ahora, lo que aportaba el propio Fiorini (ambos oscilan en un 6/7% de intención de voto) y el espacio sigue apoltronado en un tercer lugar, bastante lejos de Acción Marplatense que encabeza las mediciones de intención de voto, y bastante despegado de Cambiemos si es que esta alianza lleva a Vilma Baragiola al frente de la lista.
Pero lo más preocupante es que los tres sondeos coinciden en que está más consolidada la opción «nunca lo votaría» que la «tal vez lo vote». Y eso supone un techo que en política suele ser difícil de perforar. Si hasta la figura de Cristian Azcona (a) «el que se quedó a dar la cara», parece hoy más confiable como cabeza de lista y de manera muy especial como amalgama para una tropa local que comienza a preguntarse para que tantos años de trabajo que ahora disfrutarán los recién llegados.
En la Quinta Sección, si bien Juan Curuchet encabeza todas las encuestas de conocimiento y de buena imagen, no logra convertir estas virtudes en intención de voto; algo que ya supo pasarle en el pasado no tan lejano. En una hipotética boleta aportaría lo suyo la presencia de Mercedes Morro quien, muy independizada en el armado de su camino político, acaba de regresar de Nueva York donde lució alto como una de las representantes argentinas en el Foro de los derechos de la Mujer de Naciones Unidas. La gastronómica le ha tomado el gusto a hacer política «en serio y sin vivir mirándose el ombligo» y eso comienza a notarse en el crecimiento de su figura puertas afuera del FR. Aunque muchas veces sus compañeros de ruta parezcan no darse cuenta…
Mucho va a tener que bregar Sergio Massa si quiere que su creación no vuelva a naufragar como opción lejana al triunfo. Y mucho también deberá aprender a escuchar a quienes no están dispuestos a deslizar solo palabras dulces en su oído, convencido de que aún en la derrota podrán salvar la ropa del cargo que buscan.
Los tiempos corren, los días pasan, las piezas no se acomodan y más allá de esporádicos desembarcos en los que solo recibe «buenas nuevas» que generalmente poco tienen que ver con la realidad, el ex Jefe de Gabinete de Cristina no mueve por ahora el amperímetro del electorado marplatense.
Tal vez haya llegado el momento de comenzar a poner el oído a otras voces….