En retirada Cristina pone en evidencia lo diminuto de su envergadura

Cristina Kirchner se burló al referirse a la reunión que mantuvo con Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. La pobre imagen de un ser inferior que gobernó la Argentina por herencia marital.

Grosera, chabacana, más cerca de una chusma de barrio que de una estadista, la Sra. de Kirchner -mérito único que se le conoce para haber llegado a la primera magistratura- aprovechó la reunión con el bloque de diputados para burlarse del presidente electo. Ese que, contra todos los pronósticos, le ganó una elección y la obligó a retirar su impresentable figura de un escenario en el que solo lograba espantar votantes.

“Leí por ahí que supuestamente yo lo traté mal, pero no fue así, fue un encuentro amable. Lo que pasa es que lo vi muy asustado”, se burló divertida la presidenta durante la reunión que mantuvo con los diputados de su bloque el miércoles por la noche en la quinta de Olivos.

De hecho, sin que nadie se lo preguntara sacó dos veces el tema. «Me parece que recién ahora empieza a tomar conciencia de lo que significa ser presidente de la Argentina», agregó.

En el PRO no cuentan lo mismo y describen situaciones desagradables sufridas por su jefe, lo que le provocó un comprensible malhumor, no miedo. “Lo recibió sentada y lo despidió sentada. Lo hizo ir solo, no lo dejó hablar y lo obligó a salir por donde estaba la prensa y la gente”, comentaron .

Por eso, luego de retirarse, ni bien observó el alboroto en la calle Villate, Macri volvió a ingresar al predio presidencial y salió por uno de los túneles de la quinta. Estaba solo, porque la Presidenta se lo había pedido como condición para la reunión.