Entre el lunes y martes el gobierno anunciará más restricciones

RedacciónAsí lo acordaron el presidente y el gobernador Kicillof. Durante todo el fin de semana arreciarán las críticas contra Rodríguez Larreta para justificar nuevas restricciones.

Entre muchos otros motivos para el dolor, la muerte del ministro de Transporte Mario Meoni complicó la estrategia pensada por Alberto Fernández y Axel Kicillof para las próximas 48 hs. Y es que el centro de la preocupación del gobierno y también de la opinión pública se corrió en esta jornada hacia el dolor que causó la trágica desaparición de uno de los pocos funcionarios que no despertaban controversia en el gobierno nacional e impactó en una ciudad de la que fue su intendente durante doce años.

Porque lo que habían acordado el presidente y su hoy principal asesor político -aunque algunos lo señalan como el cancerbero puesto desde el Instituto Patria para marcarle el paso al mandatario- era utilizar todo el fin de semana para redoblar los ataques contra el Jefe de Gobierno porteño, inocular en la sociedad el temor a una explosión de los contagios por culpa de la negativa de Rodríguez Larreta a acompañar en plenitud las medidas impuestas desde la Casa Rosada y así, con números crecientes de nuevos casos y con el sistema sanitario al borde de su capacidad máxima, justificar el endurecimiento de las medidas de aislamiento que colocarían a todo el área metropolitano en Fase 2.

Ya había arrancado Alberto cuando, pocas horas antes de enterarse de la triste noticia de la muerte de su ministro, sostuvo que “las personas que se enferman (de coronavirus) en la ciudad de Buenos Aires deambulan buscando una cama y terminan atendidos en el Gran Buenos Aires porque hay una saturación de camas, pero el gobierno porteño no toma en cuenta ese dato”.

Tras un rápido paso por Junín para despedir a su amigo, Fernández retornará rápidamente a Olivos para continuar sus contactos con el resto de los gobernadores provinciales del peronismo. La idea es que el conjunto de los mandatarios soliciten formalmente la implementación de estas medidas con el pretexto de temer que la explosión de casos en el AMBA pueda irradiar el virus hacia el interior del país. Lo que, pudiendo ser cierto, es hoy parte de un estrategia política de desgaste de la figura de Larreta que un peligro real.

¿Qué se anunciaría el lunes?, que a partir del 30 se restringiría la circulación entre las 20 y las 6 horas, la actividad comercial sería hasta las 18hs y la gastronomía hasta las 19hs. Por supuesto quedaría suspendida la presencialidad escolar, algo que en la última semana motivó el aparentemente irremediable alejamiento entre el gobierno nacional y el de la CABA.

Cerca del presidente y de Kicillof se especula que, ante una medida de esta magnitud y solicitada además por los mandatarios provinciales y con números que son alarmantes, Rodríguez Larreta no tendría otro camino que acatar el mandato y acompañar las restricciones impuestas. Piensan en Olivos, La Rosada y La Plata que esto impactará fuertemente en la economía de los porteños y afectará el fuerte apoyo que hoy brindan a su jefe de gobierno que, además, crece como opción presidencial de cara al 2023.

Pero no es menos cierto que al hombre del PRO se le abriría una puerta para frenar un poco la circulación y achatar una curva de contagios que en los últimos días ha crecido peligrosamente, sin aparecer frente a sus votantes como quien se equivocó en la evaluación sino como víctima de las decisiones nacionales. No hay mal que por bien no venga…

Al mismo tiempo el gobernador bonaerense anunciaría el mismo martes una fuerte inversión en materia sanitaria, consistente en la compra de unidades de terapia intensiva y respiradores para ser colocados en todos los hospitales modulares de la provincia, aumentando la oferta en aproximadamente 500 unidades. Y se anunciaría además la llegada semanal de 1.500.000 dosis de vacunas -Sputnik V y Sinopharm- desde este lunes y por los próximos 21 días, mientras se espera el fin de las negociaciones con AstraZeneca que destrabaría el arribo al país de otro millón de dosis.

La idea es entonces mostrar una gran actividad del gobierno nacional y el provincial y martillar sobre la supuesta inacción de la CABA y el riesgo que ésta representa para la salud pública. Algo bastante mísero si se piensa en el riesgo que corre nuestra sociedad y se recuerda, aunque no parezca tenerse en cuenta, que los habitantes de la ciudad también son argentinos.

Pero así es la política en nuestro país. Así que a prepararnos para otro encierro y a observar otro lamentable espectáculo con nuestros máximos dirigentes como protagonistas.

¿Y la economía?…después se verá.