Era de manual: Lagarde «empomeur» a Mauricio «El Distraído»

RedacciónEl gobierno quiere maquillar otro mal paso con el FMI. Así como el primer desembolso fue menos de la mitad de lo anunciado, ahora se reitera esa circunstancia y crecen las dudas.

Ya cuesta discernir si Mauricio Macri es ingenuo, mentiroso o simplemente incapaz. Cada anuncio presidencial termina en un fracaso y todo lo que para el presidente parece sencillo en el análisis explota luego en mil complicaciones.

Le ocurrió con el dólar, con la inflación y el empleo, tres temas que en campaña y en los dos primeros años de gestión eran, según su particular forma de ver las cosas, sencillos de resolver. Llegó a afirmar, sin ponerse colorado, que no solucionar en forma inmediata «algo tan sencillo» como la inflación era el equivalente a no tener capacidad para gobernar. ¿Seguirá pensando lo mismo en este 2018 en el que su administración reza para no tocar el 50% de crecimiento de los precios?.

Así no hubo brotes verdes, ni segundo semestre…ni nada.

Cuando canceló la deuda con los holdauts se convenció de que el financiamiento externo sería constante y por largo tiempo. Apenas 18 meses después se levantó una mañana con la Argentina fuera del mercado de créditos y con una deuda externa que ya superaba el 50% del PBI sin que se hubiese hecho otra cosa que sostener una bicicleta financiera basada en bonos que además tenían un ritmo de vencimiento que, al menos, demostraba impericia y falta de planificación.

Sin financiamiento, con una inflación creciente y con los mercados enloquecidos, corrió a abrazarse con el FMI en lo que a todas luces fue un manotazo de ahogado para que la bomba que la impericia de su equipo económico había armado no le estallara en la cara.

Y una vez más optó por el optimismo y la frivolidad a la hora de evaluar y anunció un desembolso inmediato del U$S 25 mil millones que terminó siendo de menos de la mitad y con condiciones estrictas de solo utilizar U$S 6 mil millones para para la corrida financiera. A todas luces insuficiente y así se lo hicieron ver esos díscolos mercados: el dólar llegó a los $42 para estabilizarse luego en el orden de los $38, lo que representaba una suba consolidada del 75% con respecto al valor que tenía cuando «el mejor equipo de los últimos cincuenta años» creía tener la vaca atada.

Y como si todo ello no fuese suficiente fracaso tuvo que aceptar desprenderse de su presidente del BCRA que fue suplantado por un funcionario de línea que hoy recibe órdenes directas de un representante del FMI sentado muy orondo en un despacho de la misma institución. Nunca antes en toda la historia del país había sido tan explícita la injerencia del organismo en la economía argentina...nunca.

Pero el hombre no aprende. Ahora anunció un nuevo acuerdo, con un desembolso inmediato de U$S 17 mil millones que hoy el FMI anunció que apenas supera los U$S 7.000.

Y que los restantes dependerán de que Argentina baje la relación Deuda-PBI que ahora alcanza el 82%. Además exige que las tasas no bajen del 60% para evitar que el consumo crezca y el ajuste naufrague. Solo si se cumplen estas exigencias, en diciembre y marzo se completarán los desembolsos.

En una palabra…otra vez a Macri lo empomaron…o lo «empomeur», que queda más fino y suena al lenguaje madre de Cristine Lagarde. Que por estas horas también se estará preguntando lo que todos los argentinos venimos barruntando desde hace meses: ¿en dónde está parado nuestro presidente?.