Tres ejemplos claros de la confusión de nuestra dirigencia y tres casos, en pocas horas, de una república que no existe, una Constitución que nadie atiende y una política que solo se aleja de la gente.
Hay días que ofrecen al analista la posibilidad de encontrar, con diferencia de horas, ejemplos acabados que le permiten concretar aquello que desea decir. Y este viernes en la Argentina ha sido uno de ellos…
Porque declaraciones conceptualmente erráticas, propias de una dirigencia que no termina de entender cual es su papel en esta historia, podemos hallar a montones con solo aguzar la memoria e ira hacia atrás en este tiempo funambulesco de la Argentina enamorada de su propia decadencia.
Pero que tres de las figuras más importantes de nuestra institucionalidad, con una diferencia de apenas unas horas, nos regalen ejemplos tan claros de lo que realmente nos ocurre...es un «regalo» del cielo; o del infierno, según al lector le parezca.
Santiago Cafiero destacó que la Tarjeta Alimentar «representa el derecho a la alimentación en la Argentina»
Sergio Massa ponderó que «las reglas del juego en materia electoral son producto del consenso y el acuerdo de la gran mayoría de las fuerzas políticas».
Alberto Fernández a su vez sostuvo que «me duele saber que más del 40% de los argentinos atraviesa la pandemia en condiciones de pobreza. Vamos a seguir tendiendo la mano solidaria para que cada argentina y argentino que habite esta tierra tenga nuestra contención y nuestro abrazo».
Tres visiones propias de políticos de corto vuelo que muestran el riesgo institucional de un país cuyos dirigentes no saben el valor del bien que la sociedad le ha confiado resguardar.
Porque alguien debería decirle a Cafiero que el derecho a la alimentación no está representado en una tarjeta sino en una Constitución Nacional que, además, fue dictada para regir un país que cuenta con una riqueza natural que le permite generar comida para sí y para 300 millones de personas en el mundo…
Y recordarle a Massa que las reglas de juego en materia electoral no devienen de consenso alguno entre dirigentes sino de la ley electoral que reglamenta el ejercicio de esa misma Constitución Nacional…
Y al propio presidente que ese 40% de argentinos pobres fueron «sembrados» en este suelo por gobiernos ineficaces, corruptos y mentirosos entre los que la gran mayoría en las últimas décadas estuvieron representados por hombres y mujeres de su propio partido político. Y que fue él mismo quien supo denunciar esos latrocinios para después convertirse en personero de los mismos a los que señalaba con su activo índice como responsables del desastre….
Así como los gobernantes de otros colores políticos, tan ineficientes y dañinos como estos, siempre supieron que hacer mientras se mantenían en la oposición y fracasaban estruendosamente a partir de que la sociedad les daba la oportunidad de terminar con todo lo que denunciaban.
Es así que debemos concluir que en la Argentina no es el peronismo, no es el radicalismo, no es el neoliberalismo lo que está fracasando: en este país lo que no funciona es la política, convertida en un mundo endogámico y mentiroso que solo se preocupa por abastecer de poder y bienestar a quienes pertenecen a él. Como en los tres casos que aquí citamos.
Tres ejemplos de confusión mental y conceptual; tres claras explicaciones de porque estamos como estamos.
Y una clara señal de que de este lugar va a costar mucho salir. Al menos con los mismos choferes…